Grandes trabajos en San Salvador. 1/ el refectorio | Custodia Terrae Sanctae

Grandes trabajos en San Salvador. 1/ el refectorio

Tras algo más de dos meses de trabajos, la comunidad de hermanos franciscanos residentes en San Salvador vuelve a disfrutar de su refectorio. La humedad de las paredes y las losas agrietadas en el suelo eran la señal inequívoca del lento e irrevocable deterioro al que el comedor estaba abocado. Fue el padre guardián, Jerzy Kraj, quien tomó la decisión de llevar a cabo las reparaciones necesarias. Su sabio consejo ha permitido aprovechar el viejo enlosado, que estaba en muy mal estado de conservación, pero mantenía el incomparable sabor de lo antiguo. Restauradas las losetas, cinceladas de nuevo y cimentadas sobre una nueva capa de hormigón, el nuevo suelo ha devuelto al refectorio su secular distinción.

Se ha aprovechado la ocasión para reparar las cañerías del agua, que estaban muy deterioradas, así como la cisterna, cuyo sobrante se vertía constantemente por el suelo del refectorio. De este modo, el suelo, renovado y encerado, ha recuperado su encanto, con el exclusivo color de los viejos enlosados de la ciudad. Las paredes han sido igualmente pintadas y se han cambiado las lámparas para adecuar su estilo con el de los anclajes del mobiliario. A lo largo de pasado curso universitario se han servido en el refectorio, dos veces al día, unos ochenta cubiertos. Esta circunstancia ha hecho que sólo se pudiesen emprender las obras al llegar el verano, cuando la mayor parte de los hermanos están de vacaciones o en los distintos cursos estivales.

Durante la realización de estos trabajos de rehabilitación, el refectorio de la enfermería ha sido el lugar que ha acogido a los hermanos residentes, lo cual, por otra parte, ha llenado de profunda alegría a los hermanos ancianos. Con todo, los enfermos más válidos tendrán su lugar en el renovado refectorio, puesto que las obras han previsto colocar –hábilmente disimulados– cuatro radiadores; contarán también con un ascensor (las obras acaban de comenzar) que les permitirá dejar la enfermería para unirse… a sus hermanos más jóvenes. Durante las dos últimas semanas, los obreros no han ahorrado esfuerzos con el fin de cumplir los plazos de entrega de la obra, trabajando cada jornada hasta bien entrada la noche. En agradecimiento, el padre Jerzy les ofreció una espléndida comida, buena ocasión para charlar amigablemente con ellos y para recibir la gratitud de los otros hermanos.

La guinda del nuevo refectorio la pondrá un cuadro pintado por Piero Casentini, en la misma tonalidad de la piedra de la sala, que representa la Última Cena y que irá colocado justo detrás de la mesa del Custodio.

MAB