Ingreso solemne del nuevo nuncio apostólico en el Santo Sepulcro | Custodia Terrae Sanctae

Ingreso solemne del nuevo nuncio apostólico en el Santo Sepulcro

Ayer por la mañana, Mons. Giuseppe Lazzarotto, nuevo nuncio apostólico en Israel y delegado en Jerusalén y Palestina, hizo su ingreso solemne en la basílica del Santo Sepulcro.
Como ya es tradicional, en la sede del Patriarcado latino de Jerusalén, el patriarca, Mons. Fuad Twal, esperaba al nuevo nuncio junto a los obispos vicarios, seminaristas y los frailes de la Custodia de Tierra Santa.
En el cortejo que salió del Patriarcado han participado los representantes de las Iglesias cristianas de Jerusalén y las autoridades civiles. Numerosos religiosos, religiosas y fieles han desfilado en procesión, precedidos por los kawas, en dirección al Santo Sepulcro a través de las callejuelas de la Ciudad Vieja. A su llegada, se ha abierto la puerta de la basílica.
El custodio de Tierra Santa, fray Pierbattista Pizzaballa, ha recibido a Mons. Lazarotto ante la Piedra de la Unción con un caluroso saludo: «Bienvenido a Jerusalén, cuna de nuestra fe cristiana y corazón de la vida de todos los creyentes, de Tierra Santa». El custodio ha recordado las dificultades del momento: «En este último año, hasta hace pocos días, hemos sido testigos de profundas crisis políticas, religiosas y sociales. También nuestras comunidades religiosas, a veces, han sido golpeadas por el fenómeno de la intolerancia. En todo esto, estamos llamados a llevar la vida, que significa la esperanza, la fe a pesar de todo, la fuerza para volver a empezar de nuevo siempre, la fe en el hombre». Finalmente le ha manifestado sus mejores deseos al nuncio en Tierra Santa en el desarrollo de su misión, unido al respaldo por parte de los frailes de la Custodia y de las comunidades locales: «Su misión, Excelencia, no es simple. Su primera misión, entre todas, es la de traernos la palabra, autorizada, del apóstol Pedro, el jefe de la Iglesia. En su difícil pero esencial misión, podrá contar con nuestro apoyo, convencido y fiel, el apoyo de tantos frailes que, en su multisecular misión, dan testimonio de la Iglesia universal en estas nuestras comunidades de fe».
Después del custodio, el patriarca, Mons. Fuad Twal, le ha dado la bienvenida ante la Tumba vacía: «Le estamos muy agradecidos por haber aceptado esta misión en este período tan difícil y lleno de desafíos. Confiamos en que sabremos trabajar juntos para hacer de Jerusalén un icono de comunión, tolerancia y comprensión».
Su Emcia. Mons. Lazarotto, dirigiéndose a todos los responsables de las Iglesias y a los numerosos fieles y peregrinos presentes ha saludado y dado las gracias por la calurosa y afectuosa acogida dispensada.