Ingreso solemne en Cuaresma de los frailes de la Custodia y el Patriarcado Latino | Custodia Terrae Sanctae

Ingreso solemne en Cuaresma de los frailes de la Custodia y el Patriarcado Latino

La Custodia de Tierra Santa ha comenzado, en las parroquias, solemnemente la Cuaresma el miércoles 5 de marzo, Miércoles de Ceniza. Así ha comenzado este tiempo de conversión que representa la Cuaresma: cuarenta días que invitan a los creyentes a una mayor disponibilidad interior, no solo con la oración sino también con la reflexión y la acción. Este año la Cuaresma es mucho más intensa porque los ortodoxos y protestantes celebrarán juntos la fiesta de Pascua (la próxima vez será en 201, y la siguiente en el 2025). De esta forma, el sábado 8 de marzo no ha sido solo el Patriarcado latino de Jerusalén quien ha realizado su ingreso solemne, sino también los dignatarios de las otras confesiones presentes en el Santo Sepulcro: griegos ortodoxos, coptos, siríacos y armenios. Acogidos por el clero del santuario ante la piedra de la unción, cada uno de ellos ha llegado para realizar la visita de Cuaresma al Santo Sepulcro.

Este ingreso recuerda que durante algunos siglos, bajo la ocupación otomana, la puerta del Santo Sepulcro estaba cerrada y se abría solo a los peregrinos que pagan el derecho de ingreso, efectuando así, en sentido estricto, su «ingreso» en el santuario. Así, el sábado, para el ingreso de los franciscanos y del patriarca Mons. Fuad, la puerta se ha cerrado simbólicamente y vuelto abrir para dejar entrar a este peregrino. Las campanas del convento franciscano han repicado mientras el patriarca besaba la piedra de la unción. A continuación, ha visitado la tumba antes de comenzar la procesión cotidiana de los franciscanos.

Esta procesión se remonta al siglo XIV, cuando los franciscanos, ya custodios de los santos lugares, acogían a los peregrinos que llegaban por mar, acompañándolos de un lugar a otro. Hasta el siglo XVIII, los peregrinos efectuaban una peregrinación litúrgica. De hecho, en cada lugar se entonaba un canto, se decía una oración y se leía un pasaje de la Biblia sobre el misterio del mismo lugar, antes de recitar un padrenuestro, un avemaría y un gloria. En el Santo Sepulcro, como también en otros santos lugares, este rito se ha conservado y los frailes visitan, incensando, todos los altares y capillas del santuario. En la misma continuidad litúrgica, se ha vuelto a recitar el matutino en la noche del sábado al domingo en presencia del fraile custodio, seguido de una misa en el Calvario.

El domingo por la mañana, en el altar dedicado a María Magdalena, fray Stéphane ha presidido la misa solemne, a la que ha asistido Su Beatitud Mons. Fuad Twal. En el Santo Sepulcro repicaban las campanas junto a miles de voces, mientras cada comunidad, en su lugar de culto y en su lengua, ha orado en este primer domingo de Cuaresma. Charles, estudiante francés, ha comentado: «¡Me parece muy hermoso! Se podría pensar que cada uno reza por su cuenta, pero no es así». Y fray Stéphane ha utilizado la siguiente metáfora: «En este tiempo de Cuaresma, el Santo Sepulcro se parece al sol, en torno al cual gravitan los numerosos satélites confesionales».

Fieles a la tradición y al Statu Quo, los franciscanos serán los únicos que realizarán, el próximo sábado, su ingreso en el Santo Sepulcro. En los siguientes sábados de Cuaresma será el turno de los griegos ortodoxos y de los armenios