Intercambio de felicitaciones por la Pascua ortodoxa: un nuevo comienzo | Custodia Terrae Sanctae

Intercambio de felicitaciones por la Pascua ortodoxa: un nuevo comienzo

El intercambio de felicitaciones entre las comunidades cristianas de Jerusalén con ocasión de las fiestas de Pascua y de Navidad es una costumbre memorable «que se remonta al Imperio otomano», según fray Stéphane Milovitch.
Ya a finales de marzo, los franciscanos habían recibido, por la Pascua latina, a las distintas confesiones cristianas en su diván (sala de recibimiento). Tras la Pascua ortodoxa, el domingo pasado, les ha llegado a ellos el turno de presentar sus felicitaciones.
El martes 4 y el miércoles 5 de mayo, en ausencia del custodio de Tierra Santa, el vicario custodial, fray Dobromir Jasztal, se ha convertido en portavoz de los hermanos menores. Los franciscanos se han acercado en procesión para presentar sus felicitaciones, de patriarcado en patriarcado, por las cuatro esquinas de la ciudad, precedidos en su camino por los kawas.
Además del tradicional y caluroso intercambio de felicitaciones, se ha hablado mucho de la difícil situación en Oriente Medio, de la cooperación entre las distintas confesiones y la próxima salida del custodio, fray Pierbattista Pizzaballa.
En distintos discursos, fray Dobromir Jasztal ha transmitido su felicitación en nombre de todos los frailes y del Padre Custodio. Ha subrayado además que «aunque la diversidad de calendario puede ser concebida como un problema, permite al mismo tiempo vivir el tiempo pascual mucho más tiempo y representa, por tanto, una diversidad positiva». Ha añadido después: «Nuestra fe cristiana no se detiene cuando concluye el período de Pascua, sino que continúa todos los días del año».
Durante estos dos días se han visitado cinco comunidades: los griegos ortodoxos y su patriarca, S. B. Teófilo III; los coptos ortodoxos y su nuevo arzobispo, S. E. Anba Antonio; los etíopes ortodoxos y su arzobispo, S. E. Daniel Aba; los siríacos ortodoxos y su arzobispo patriarcal, S. E. Mar Severio Malki Mural; y los armenios ortodoxos y su patriarca, S. B. Norhan Manougian.
El patriarca griego, así como el armenio, han celebrado en sus discursos el buen entendimiento existente entre las comunidades, que ha permitido llegar a un acuerdo para la restauración de la tumba de Cristo. Los trabajos deberían comenzar a principios de la próxima semana.
El patriarca griego, en su calurosa felicitación, ha recitado versos de los escritos de san Francisco. Ha expresado también la satisfacción por el acuerdo alcanzado entre las comunidades: «Esta unidad es significativa y rezamos para que anime a las demás». Después, ha querido manifesta su «gratitud al padre Pierbattista», por el camino de acercamiento que ha fomentado durante su mandato; también ha manifestado sus mejores deseos para su próxima misión.
También el patriarca armenio ha elogiado al custodio de Tierra Santa. «El padre Pizzaballa encarna todos los valores franciscanos: la piedad, la humildad y el amor cristiano. Aquí ha construido puentes». El patriarca ha hablado también de la situación en Oriente Medio que, a pesar de la adversidad, «nos recuerda nuestras raíces, nos une en nuestro destino y nos refuerza».
El arzobispo siríaco ha destacado también que el tradicional intercambio de felicitaciones es una ocasión para ayudarse mutuamente, estando la Iglesia siríaca especialmente afectada por el conflicto sirio.
S. E. Anba Antonio, nuevo obispo copto ortodoxo, ha subrayado que «la cosa más extraña para la humanidad es la muerte y no la resurrección». Por eso, la Navidad, el primer nacimiento, y la resurrección, el segundo, son dos ocasiones importantes para las comunidades cristianas para alegrarse e intercambiar felicitaciones en una atmósfera fraterna.
En cada Patriarcado, o sede equivalente, el recibimiento dura unos veinte minutos y a los huéspedes se les ofrece chocolate, un aperitivo y un café; a veces también los huevos decorados de Pascua, símbolo del renacimiento.

T.D.