Jerusalén bajo la nieve | Custodia Terrae Sanctae

Jerusalén bajo la nieve

Los techos de la Ciudad Vieja están cubiertos de antenas parabólicas, como si fueses girasoles inmóviles… Pero, ayer por la tarde, en las casas no han podido ver los programas de televisión porque, cubiertas de nieve, no podían captar las señales. Jerusalén está bajo la nieve. Aquí es siempre un acontecimiento. Los niños de la ciudad estaban como excitados de esta maravilla. También los adultos se convierten en niños. La nieve no puede no gustar, que penetra lentamente en la tierra árida, a diferencia de la primera lluvia que fluye como un torrente impetuoso sobre el suelo extremadamente seco.

También los extranjeros que conocen bien la nieve no dejan pasar este espectáculo, tanto o más bello como excepcional e improbable. También entre ellos hay quien no se maravilla tanto de la nieve por caer en Jerusalén sino por ser la primera vez que la descubren. En el Seminario de San Salvador, dos brasileños, Wagner y Paulo, admiran los primeros copos, y ni la temperatura que los acompaña enfría su entusiasmo.

Fuera de la Ciudad Vieja la circulación es un caos indescriptible. Alrededor de las 19:00, el número de accidentes era impresionante, aunque sin graves daños: y sobre el asfalto, ¡no había más de dos centímetros de nieve!. Han sido necesarias tres horas para que un empleado de la Custodia pudiera recorrer los cinco kilómetros que lo separan de su casa. Y más, se podían encontrar los coches abandonados en las cunetas…

Esta mañana el sol ha hecho valer de nuevo sus derechos, pero la disminución de la temperatura ha hecho que la nieve haya resistido un poco, para alegría de los fotógrafos.

MAB