La comunidad belga de Jerusalén festeja al rey Felipe | Custodia Terrae Sanctae

La comunidad belga de Jerusalén festeja al rey Felipe

La pequeña comunidad católica belga de Jerusalén se ha reunido este domingo 16 de noviembre con ocasión de la fiesta del rey de los belgas. Esta fiesta se celebra todos los años el 15 de noviembre, aniversario de la muerte de san Leopoldo el Bueno, patrono del primer rey de Bélgica. Como es tradicional, los franciscanos han abierto las puertas de la iglesia de San Salvador para acoger a los fieles y al cónsul general de Bélgica. Se trata, de hecho, de una misa «consultar», por junto con Francia, España e Italia, Bélgica es una de las naciones consideradas católicas; por eso, el representante oficial del país asiste a la misa por su país.

La misa la ha presidido fray Stéphane Milovitch ofm, superior del convento de San Salvador, aunque ha sido el dominico fray Eeckhout quien ha pronunciado la homilía. El fraile belga ha aprovechado la oración para pedir que el rey Felipe sirva al país «con sabiduría, competencia y dedicación para asegurar la unidad, la prosperidad y la libertad de los ciudadanos del reino». Comentando el Evangelio de los talentos, el fraile ha exhortado a la asamblea a ser «reyes buenos y fieles, cada uno en la misión que, como Pueblo de Dios, se le ha confiado en esta tierra».

Tras la misa, la asamblea se ha vuelto a reunir con los franciscanos con ocasión del brindis. El cónsul ha aprovechado la ocasión para dar las gracias a las personas presentes por la «maravillosa celebración» y la «disponibilidad de los franciscanos». La comunidad belga –que cuenta, según el diplomático, «con más de dos mil inscritos, entre ellos una gran mayoría de belgas israelíes con doble nacionalidad»- ha vivido este año una fiesta nacional particular. «Este año es el primer año del reinado del rey Felipe», ha afirmado el cónsul, Sr. Jans. «El rey comenzó en sus funciones el 21 de julio pasado y la anterior misa consular no permitió celebrar un año completo de regencia. Este año, por tanto, tenemos un gobierno belga que se instaló rápidamente en octubre; un motivo más para celebrar esta fiesta. ¡La monarquía funciona muy bien!».

Un grupo de peregrinos presentes en el evento no escondía su alegría: «Hemos pasado una semana en Tierra Santa y concluimos nuestra peregrinación precisamente en Jerusalén, ¡celebrando a nuestro rey! Es nuestra primera peregrinación y estamos en su culmen». La asamblea se ha dispersado más tarde, llevando en el corazón las palabras del predicador: «Que nuestra caridad sea activa, llena de imaginación, porque el señor, en su regreso, nos encuentre con las manos llenas y no solo con las manos limpias. ¡La confianza nos hace arriesgarnos y ser emprendedores!».