«Le reconocieron al partir el pan» | Custodia Terrae Sanctae

«Le reconocieron al partir el pan»

En una atmósfera festiva, los frailes de la Custodia de Tierra Santa y los fieles de Jerusalén se han reunido en Emaús al Qubaybe; a ellos se han unido también cuatro autobuses de la parroquia de Belén, así como vecinos de Birzeit. Algunos voluntarios franceses, alemanes e italianos han decidido ir a pie, como los dos discípulos de Jesús que, pensando no tener ya nada que hacer en Jerusalén tras la crucifixión de Jesús, volvían hacia Emaús, su aldea.

En este día, el exiguo grupo de cristianos del lugar, muy ligados a la parroquia franciscana a cura de fray Gérard y fray Salem, no esconde su gran gozo de ver a tanta gente reunida en la celebración que recuerda la aparición de Jesús resucitado a sus amigos. Los exploradores musulmanes de la ciudad han acogido con su desfile a estos invitados de un día en su aldea, tan cercana a Jerusalén, pero que difícilmente podrá ser accesible desde ahora.

La misa alegre y cantada, presidida por el custodio de Tierra Santa, sirve de agradecimiento por la riqueza de las fiestas pascuales vividas en Jerusalén y otros lugares. Fray Firás, párroco de la parroquia de Jerusalén, ha invitado a los fieles a reconocer el rostro de Cristo en las personas que encontramos cotidianamente. La celebración ha puesto el acento en la fracción del pan, momento en el que los discípulos reconocen a Jesús. A la salida de la misa, el padre custodio ha renovado este evento distribuyendo un millar de panes preparados para la ocasión. Toda la asamblea ha sido invitada después a compartir un gran almuerzo, en el que se han reunido voluntarios, familias palestinas, religiosos y religiosas franciscanos y de otras congregaciones.

Por la tarde, un pequeño grupo ha celebrado las vísperas cantadas y la adoración del Santísimo Sacramento. El santuario ha vuelto a su calma tras la marcha de la asamblea, por la tarde. Después de cinco días tan intensos física y espiritualmente, unos cuantos frailes (que serán ordenados diáconos y sacerdotes) marcharán de retiro y la Custodia, poco a poco, volverá a retomar su ritmo normal de vida.
¡Aleluya!