Un numeroso grupo de Caballeros de Malta realizaron el pasado mes de octubre, su peregrinación por Tierra Santa. Vinieron así a las raíces de su Orden Hospitalaria de San Juan que nació en Jerusalén. Diversas circunstancia históricas les obligaron a desplazar su sede a la isla de Malta, cuyo nombre llevan actualmente y, posteriormente a Roma.
La tarde del 5 de octubre, en la sala de recepciones del convento de San Salvador de Jerusalén, una delegación de la Orden de Malta, acompañada de prelados de la Orden y de su Excelencia Monseñor Angelo Acerbi, tenía un encuentro con el Custodio de Tierra Santa, Pierbattista Pizzaballa. El Gran Comendador, Su Excelencia el venerable Magistrado Hermano Giacomo Dalla Torre del Templo de Sanginetto presentó los saludos de Su Alteza Eminentísima, el Príncipe y Gran Maestro hermano Andrew Bertie, que no pudo formar parte de la peregrinación. A continuación presentó una síntesis de la historia de la Orden y de sus actividades, que en nuestros días se centran, principalmente en obras humanitarias en el campo de la salud, entre ellas el Hospital de la Santa Familia de Belén.
Entre los más de 1.300 peregrinos se encontraba Su excelencia reverendísima el Cardenal Patrono Pio Laghi, que, en la mañana del 6 de octubre presidió la celebración de la Eucaristía en la iglesia de santa Catalina de Belén. Por la tarde, el Cardenal y una delegación de las autoridades de la Orden fueron recibidos por los hermanos franciscanos, con el canto del Te Deum, en la Basílica del Santo Sepulcro. En sus palabras de bienvenida, el Vicario custodial, Fray Artemio Vítores, recordó que el Santo Sepulcro fue el centro de atracción tanto de los primeros caballeros de San Juan reunidos en Jerusalén, como de los hermanos franciscanos, que son quienes actualmente tienen la custodia del Santo Lugar.
El domingo 7 de octubre, habida cuenta de que, por la estrechez del lugar y el elevado número de participantes en la peregrinación, no era posible hacerlo en el Santo Sepulcro, los Caballeros celebraron la Eucaristía de la Resurrección del Señor en el santuario de Getsemaní. Con la Santa Misa en la Basílica de la Anunciación de Nazaret, terminaba el martes 9 este retorno a las raíces de su casi milenaria historia.
AC
La tarde del 5 de octubre, en la sala de recepciones del convento de San Salvador de Jerusalén, una delegación de la Orden de Malta, acompañada de prelados de la Orden y de su Excelencia Monseñor Angelo Acerbi, tenía un encuentro con el Custodio de Tierra Santa, Pierbattista Pizzaballa. El Gran Comendador, Su Excelencia el venerable Magistrado Hermano Giacomo Dalla Torre del Templo de Sanginetto presentó los saludos de Su Alteza Eminentísima, el Príncipe y Gran Maestro hermano Andrew Bertie, que no pudo formar parte de la peregrinación. A continuación presentó una síntesis de la historia de la Orden y de sus actividades, que en nuestros días se centran, principalmente en obras humanitarias en el campo de la salud, entre ellas el Hospital de la Santa Familia de Belén.
Entre los más de 1.300 peregrinos se encontraba Su excelencia reverendísima el Cardenal Patrono Pio Laghi, que, en la mañana del 6 de octubre presidió la celebración de la Eucaristía en la iglesia de santa Catalina de Belén. Por la tarde, el Cardenal y una delegación de las autoridades de la Orden fueron recibidos por los hermanos franciscanos, con el canto del Te Deum, en la Basílica del Santo Sepulcro. En sus palabras de bienvenida, el Vicario custodial, Fray Artemio Vítores, recordó que el Santo Sepulcro fue el centro de atracción tanto de los primeros caballeros de San Juan reunidos en Jerusalén, como de los hermanos franciscanos, que son quienes actualmente tienen la custodia del Santo Lugar.
El domingo 7 de octubre, habida cuenta de que, por la estrechez del lugar y el elevado número de participantes en la peregrinación, no era posible hacerlo en el Santo Sepulcro, los Caballeros celebraron la Eucaristía de la Resurrección del Señor en el santuario de Getsemaní. Con la Santa Misa en la Basílica de la Anunciación de Nazaret, terminaba el martes 9 este retorno a las raíces de su casi milenaria historia.
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