Desde el 6 de diciembre –día en que se encendió el árbol de Navidad de Belén-, las parroquias de Israel, Palestina y Jordania rivalizan entre ellas para organizar los momentos de fiesta en sus ciudades. El encendido del árbol de Navidad es una ocasión para reunirse y disfrutar juntos. Los cristianos aprovechan para mostrar abiertamente su adhesión a su propia religión y a sus propias tradiciones: música, luces y, no pueden faltar, fuegos artificiales.
El 17 de diciembre una gran multitud llegó a Nazaret para el encendido del árbol, seguido por unos magníficos fuegos artificiales en las cercanías de la basílica de la Anunciación. El 18 de diciembre por la tarde, los cristianos de la parroquia latina de Jerusalén, en la sucursal de Beit Hanina, han celebrado a su vez la preparación para la fiesta de la Navidad: llegada de los exploradores con su banda –al sonido de trompetas y tambores-, cantos de Navidad y cuenta atrás para el encendido del árbol por el vicario custodial, fray Dobromir Jasztal. Fray Firás y fray Haizam, párroco y vicario de la parroquia respectivamente, han tomado la palabra para invitar a la asamblea a rezar por los cristianos del mundo entero y, en particular, por los de Oriente Medio.
De forma paralela a estas fiestas, los parroquianos se preocupan unos de otros, especialmente de los más débiles. Así, en la parroquia latina de Jerusalén, alrededor de 150 enfermos han recibido la visita y la comunión de manos de los sacerdotes. Las personas ancianas y los niños tampoco se quedan atrás: celebraciones especiales para las primeras, y actividades varias –fiestas y catecismo- para los segundos, con detalles y regalos para cada uno. Los exploradores de la ciudad repiten las obras musicales que tocarán el 24 de diciembre… ¡La Navidad se acerca y todos están en camino para ver a este Niño de Belén que se nos ha dado!
Hélène Morlet
El 17 de diciembre una gran multitud llegó a Nazaret para el encendido del árbol, seguido por unos magníficos fuegos artificiales en las cercanías de la basílica de la Anunciación. El 18 de diciembre por la tarde, los cristianos de la parroquia latina de Jerusalén, en la sucursal de Beit Hanina, han celebrado a su vez la preparación para la fiesta de la Navidad: llegada de los exploradores con su banda –al sonido de trompetas y tambores-, cantos de Navidad y cuenta atrás para el encendido del árbol por el vicario custodial, fray Dobromir Jasztal. Fray Firás y fray Haizam, párroco y vicario de la parroquia respectivamente, han tomado la palabra para invitar a la asamblea a rezar por los cristianos del mundo entero y, en particular, por los de Oriente Medio.
De forma paralela a estas fiestas, los parroquianos se preocupan unos de otros, especialmente de los más débiles. Así, en la parroquia latina de Jerusalén, alrededor de 150 enfermos han recibido la visita y la comunión de manos de los sacerdotes. Las personas ancianas y los niños tampoco se quedan atrás: celebraciones especiales para las primeras, y actividades varias –fiestas y catecismo- para los segundos, con detalles y regalos para cada uno. Los exploradores de la ciudad repiten las obras musicales que tocarán el 24 de diciembre… ¡La Navidad se acerca y todos están en camino para ver a este Niño de Belén que se nos ha dado!
Hélène Morlet