Mons. Sabbah pasa a Mons. Twal el báculo pastoral de Patriarca Latino de Jerusalén | Custodia Terrae Sanctae

Mons. Sabbah pasa a Mons. Twal el báculo pastoral de Patriarca Latino de Jerusalén

Sábado 21 de junio. La concatedral del Patriarcado Latino se habría quedado pequeña para acoger la gran cantidad de gente que ha participado en la última misa de Mons. Sabbah como Patriarca de Jerusalén. Por eso, ha sido la Basílica de las Naciones de Getsemaní la que ha acogido, casi sin poder abarcarla, a toda esta multitud de fieles venida de todas las diócesis y de todas las naciones, y reunida para la despedida solemne a quien durante veinte años ha sido pastor y voz de los cristianos de Tierra Santa aquí, en Roma y en el mundo entero.

Su Eminencia el Cardenal Foley, Gran Maestro de los Caballeros del Santo Sepulcro, acompañado de una delegación internacional de Caballeros y Damas; Mons. Camillo Ballin, obispo de Kuwait y representante de la CELRA (Conferencia de Obispos Latinos en las Regiones Árabes); los Ordinarios católicos de Tierra Santa, fra Pierbattista Pizzaballa, Custodio de Tierra Santa, un centenar de sacerdotes la mayoría de los cuales eran párrocos, numerosos religiosos y religiosas, los representantes de todas las Iglesias Ortodoxas y protestantes, los Cónsules de España y de Francia, los representantes de las autoridades civiles y religiosas, y sus familiares, juntos a todos los fieles, inmersos en el calor de la primera jornada del verano, con el afecto y la oración, han querido estar junto a Su Beatitud emérita, Mons. Sabbah. Emérita porque, a las 13 horas, las campanas del Patriarcado han repicado a fiesta para anunciar que Mons. Fouad Twal era nombrado oficialmente nuevo Patriarca de Jerusalén.

Era el mismo Mons. Sabbah que, habiendo presentado su propia dimisión por alcanzar el límite de edad, el mismo día en que cumplía los 75 años, había elegido este lugar y este momento para la misa solemne de acción de gracias, para celebrar la última misa como Patriarca con esa voz suya tan flexible, pero tan fuerte en su capacidad de tocar las almas y los corazones.

Al comienzo de la celebración se ha hecho lectura en francés, por el Nuncio Apostólico Mons. Antonio Franco, y repetida en árabe por el Canciller del Patriarcado Abuna Humam Khzouz, de una carta del papa Benedicto XVI dirigida a Mons. Sabbah. Palabras de agradecimiento por todo el trabajo desarrollado en su larga vida y, especialmente, en los últimos años como Patriarca de Jerusalén. Agradecimiento por haber sabido llevar consuelo y esperanza a los fieles que se le habían confiado, subrayando una dedicación expresa “sin distinción de pertenencia religiosa o social”.

La misa ha continuado en árabe, la lengua principal de la Iglesia en Tierra Santa. Después de la lectura del Evangelio, Mons. Sabbah se ha acercado al micrófono y, con voz firme a pesar de la emoción, se ha dirigido otra vez a su rebaño. Nos había anticipado ya el sentido de sus palabras: el Obispo tiene tres funciones – santificar, enseñar, administrar. Con la “pensión” todavía quedan las dos terceras partes del ministerio: santificar y enseñar. ¡Queda todavía mucho por hacer!
Santificar y enseñar ha sido justo lo que Mons. Sabbah ha hecho en esta celebración en Getsemaní, marcada por este lugar santo de la Pasión del Señor. De hecho, en su homilía, con frecuencia se ha vuelto a este misterio de la Pasión. A pesar de que la ocasión de la celebración era la acción de gracias, su homilía ha empezado con un saludo dirigido a toda la asamblea: “Que mi oración, y la vuestra, se dirija al pasado y al futuro. El mío y el de Mons. Fouad Twal”. Como es su costumbre, el Patriarca emérito no ha dejado de evocar la dolorosa situación existente entre Israel y Palestina, pidiendo otra vez justicia, paz y seguridad para los dos pueblos. Y también para Chipre, dividida igualmente en dos estados. Después se ha dirigido nuevamente a los cristianos de Tierra Santa, a los que ha invitado a recobrar la alegría de entregarse, tomando como ejemplo a Jesús en Getsemaní, con la certeza de la alegría de la Resurrección.

Durante la plegaria eucarística ha sido emocionante escuchar a Mons. Sabbah pedir por “nuestro Patriarca Fouad Twal”. Pero uno de los momentos fuertes de esta celebración ha sido seguramente el traspaso de los símbolos entre los dos Patriarcas: el báculo pastoral que cambia de mano, y el largo abrazo que le ha seguido.

Después, Mons. Twal se ha dirigido calurosamente a la multitud, primero en árabe y después en francés, y, alejándose del texto de su discurso, ha exclamado: “¡Sois formidables!”. Al saludar, después, a su predecesor y agradecerle la labor desarrollada, ha anunciado su ingreso mañana en la Basílica de la Resurrección, “junto a la tumba vacía, que nos recuerda el motivo de nuestra alegría: ¡Cristo ha resucitado, realmente ha resucitado!”.

La bendición final la ha impartido el nuevo Patriarca. Después, la procesión de Patriarcas, Cardenales, Obispos y Sacerdotes, ha salido entre una gran explosión de aplausos. La multitud de fieles se ha dispersado para luego reunirse en el Notre Dame Centre donde Mons. Michel Sabbah ha podido recibir la felicitación y el saludo del pueblo que ama, al que ha servido y al que quiere servir con la oración y la santificación.

Marie Armelle Beaulieu

Sito del Patriarcado Latino