En el corazón del verano, en este día de la fiesta de los santos Marta, María y Lázaro, una pequeña delegación de franciscanos de la Custodia se ha acercado a Betania, a la tumba de Lázaro.
El secretario de la Custodia, fray Sergio Galdi, ha sido el primero en celebrar la misa en la tumba de Lázaro, a las 6.30 de la mañana. La misa solemne en el santuario de Betania, que ha comenzado a las 8.00, ha estado presidida por el guardián del lugar, fray Michael Sarquah, muy acogedor como siempre.
Al finalizar la celebración, tras un ligero tentempié, la pequeña asamblea se ha encaminado hacia la entrada de la tumba del santo para escuchar el pasaje del evangelio de san Juan que narra la resurrección de Lázaro. Después, algunos fieles han visitado la tumba. En cada esquina de la tumba se pueden encontrar pequeños trozos de papel llenos de oraciones. Los muros están recubiertos de pintadas, con frecuencia nombres. En uno de esos grafitis se puede leer el nombre de Pedro con la mención «Born again» (nacido de nuevo).
Esta es precisamente una de las enseñanzas de este lugar, donde el Señor nos llama a esa vida que solo Él puede dar.
Pero no hay tiempo que perder en la meditación porque los minibuses esperan para proseguir con la peregrinación del día. De hecho, existe la costumbre de acercarse hasta la capilla de la Ascensión y, después, a la del Carmelo, muy cercana. El camino antes se hacía a pie. Desde Betania hasta el monte de los Olivos bastaba con media hora de camino. Sin embargo, ahora el recorrido está bloqueado por la barrera de seguridad y hay que desviarse unos 20 km. Así que es mejor no perder el minibús.
En la Ascensión, tras el ingreso al canto del Te Deum, la lectura de la Ascensión de Jesús nos recuerda que la vida que Él nos ha dado es el envío en misión al mundo. En el Carmelo del Pater Noster se recuerda que el mismo Señor nos ha enseñado a rezar.
La asamblea después se ha separado; algunos han preferido visitar el jardín con todos los mosaicos donde el Padrenuestro está escrito en multitud de idiomas, alrededor de 200, mientras que otros han regresado a sus actividades.
La próxima peregrinación, que tendrá lugar el día 6 de agosto, reúne tradicionalmente a muchas más personas, especialmente de la comunidad cristiana palestina de Galilea.