Como es tradicional, el domingo más cercano al 12 de diciembre se celebra la fiesta de Nuestra Señora de Guadalupe en el convento de San Salvador, que este año ha reunido en torno a ella, además de los seminaristas franciscanos, a algunos sacerdotes y fieles sudamericanos y filipinos.
Nuestra Señora de Guadalupe, declarada “Reina de México y Emperatriz de las Américas” el año 2000 por el Papa Juan Pablo II, está en el corazón de todos los sudamericanos desde hace alrededor de 300 años y en el de los filipinos desde que el Papa Pío XI extendió su patrocinio a este país, en el año 1935.
El Vicario custodial, fray Artemio Vítores, ha presidido la celebración. En su homilía ha destacado la ternura que demostró la Virgen María con Juan Diego, a quien se le apareció en varias ocasiones. El Vicario ha insistido también en la importancia que estas apariciones tuvieron en la evangelización de las Américas, recordando naturalmente el papel que los franciscanos tuvieron en dicha evangelización. El padre Artemio Vítores ha pedido a los fieles que este mensaje no se tome como un testimonio del pasado sino que, al contrario, ha invitado a la asamblea a actualizarlo y encarnarlo en el presente.
Este año no ha habido procesión al finalizar la misa, animada alegremente por las guitarras de los estudiantes. Las calles estaban poco transitables y peligrosas debido a la arena que la tempestad ha traído del desierto con la escasa lluvia que ha caído.
A pesar de ello, la asamblea se ha reunido para compartir la alegría y degustar las especialidad típicas sudamericanas –especialmente mexicanas-, al son de la música.
Mab
Nuestra Señora de Guadalupe, declarada “Reina de México y Emperatriz de las Américas” el año 2000 por el Papa Juan Pablo II, está en el corazón de todos los sudamericanos desde hace alrededor de 300 años y en el de los filipinos desde que el Papa Pío XI extendió su patrocinio a este país, en el año 1935.
El Vicario custodial, fray Artemio Vítores, ha presidido la celebración. En su homilía ha destacado la ternura que demostró la Virgen María con Juan Diego, a quien se le apareció en varias ocasiones. El Vicario ha insistido también en la importancia que estas apariciones tuvieron en la evangelización de las Américas, recordando naturalmente el papel que los franciscanos tuvieron en dicha evangelización. El padre Artemio Vítores ha pedido a los fieles que este mensaje no se tome como un testimonio del pasado sino que, al contrario, ha invitado a la asamblea a actualizarlo y encarnarlo en el presente.
Este año no ha habido procesión al finalizar la misa, animada alegremente por las guitarras de los estudiantes. Las calles estaban poco transitables y peligrosas debido a la arena que la tempestad ha traído del desierto con la escasa lluvia que ha caído.
A pesar de ello, la asamblea se ha reunido para compartir la alegría y degustar las especialidad típicas sudamericanas –especialmente mexicanas-, al son de la música.
Mab