Para una ocasión excepcional, una Misa excepcional | Custodia Terrae Sanctae

Para una ocasión excepcional, una Misa excepcional

La Misa de medianoche en la Basílica de Santa Catalina de Belén no es para nada como las otras. Sobre porque se celebra en Belén, justo junto a la gruta donde nación el Niño Jesús. Y además reviste una carácter planetario, porque la mayor parte de los medios de comunicación mundiales le dan gran difusión, y los fieles vienen de los cinco continentes.

Es una Misa muy solemne, animada por los franciscanos, cantada por el coro de la Custodia, con el servicio litúrgico de los seminaristas del Patriarcado. Asisten 2500 personas, la mayoría de pie, y personalidad políticas de la categoría, este año, del Presidente de la Autoridad Palestina, Mahmoud Abbas, de los Cónsules de Francia, España, Bélgica y sus séquitos. Es el Patriarca Latino de Jerusalén, Su Beatitud Michel Sabbah, quien la celebra, rodeado de algunos obispos. Y otra vez, el milagro se cumple. Al final de la celebración, la mayor parte de los peregrinos tiene la sensación de haber vivido un momento único y de gracia.

En la ciudad de David han acogido al Príncipe de la Paz, Jesús, y el mensaje de Paz renovado por el Patriarca que, en su homilía, si no ha dejado de denunciar la situación que vive el país, tanto por la ocupación como por las disensiones internas palestinas, ha recordado también las palabras de san Pablo que dice: “No temáis”. “Esto quiere decir”, ha comentado Mons. Sabbah, “sed fuertes, no os pleguéis por la carga, y sabed que cada día es Navidad en la vida del creyente, es decir, cada día y en cada acontecimiento la bondad de Dios nace en cada creyente que acepta acoger la gracia”. Después, los sacerdotes han salido en procesión hacia la gruta donde la imagen del Niño Jesús se ha depositado sobre la estrella que señala el lugar de su nacimiento, y después en el pesebre donde sus padres le depositaron después de envolverle en pañales. Mientras, los peregrinos se dispersan, sólo los habituales y los que han quedado en recogimiento, ven la procesión retornar desde la gruta, y pueden presentar sus felicitaciones al Patriarca, después de los dignatarios.

Son las 2:30 de la madrugada. Los sacristanes tienen todavía mucho trabajo por hacer, para poner de nuevo todo en orden para la Misa solemne del día, a las 10:00, celebrada en árabe para la comunidad cristiana local, a la que se unirán algunos peregrinos. Es Navidad, y toda la octava de la fiesta lo cantará.

MAB