Participar con Francisco en la nueva creación de Cristo | Custodia Terrae Sanctae

Participar con Francisco en la nueva creación de Cristo

Llegados de Jerusalén y de toda Tierra Santa, los franciscanos se han reunido, el jueves 3 de octubre, para celebrar la fiesta de su patrón, Francisco de Asís.

En la iglesia de San Salvador de Jerusalén el custodio ha presidido las primeras vísperas. El cortejo ha llegado en procesión hasta el altar, en torno al cual los franciscanos se han reunidos para el rezo del oficio. El custodio, en su homilía, ha exhortado a todos a «vivir la experiencia de san Pablo con Cristo»; ha recordado que, con el Padre y el Hijo, el cristiano es «un hombre nuevo» si deja vivir en él a Cristo, porque Él es «la luz» que nos guía de las tinieblas hacia un mundo nuevo.

Después de que los religiosos profesos temporales renovaran sus votos, ha comenzado la lectura del Transitus, es decir, del paso del hermano Francisco a los brazos de la hermana muerte. Tras la bendición final, la numerosa asamblea presente ha podido venerar las reliquias de san Francisco.

El viernes 4 de octubre, a las 10.30, en una iglesia repleta, unos 70 sacerdotes han entrado en procesión para la celebración de la misa. Consagrados de todas las congregaciones, pero también peregrinos y fieles locales, estaban presentes para celebrar la memoria del «Poverello de Asís». En presencia del nuncio apostólico y del patriarca de Jerusalén, el custodio y su vicario han cedido, según la tradición, al superior de los dominicos del convento de San Esteban, fray Guy Tardivy, la presidencia de la celebración. Y ha sido también un dominico, fray Dominique Marie Cabaret, quien ha pronunciado la homilía. Recordando el sufrimiento del santo de Asís, ha exhortado a los fieles a asociarse a Cristo. «Es Cristo quien vive en mí», ha afirmado. Así, la nueva creación, la vida nueva debe pasar por un abandono total a Aquel que «fue crucificado por el mundo», resucitado por nosotros. Francisco de Asís, dejando la confortable vida de su estatus social, abandonó todo para seguir a Cristo y convertirse en una criatura nueva en Él, en la pobreza, en el abajarse, incluso en el sufrimiento – los estigmas recibido al fin de su vida-. El padre Cabaret ha recordado también al «santo de la alegría»: en Cristo, el hombre encuentra la alegría. Así, ha exhortado a la asamblea a inspirarse en el santo y a seguirlo tras las huellas de Cristo.

Al final de la celebración el custodio ha dado las gracias a toda la asamblea, y especialmente a los cuatro cónsules generales de las Naciones latinas (España, Italia, Francia y Bélgica) por su participación y su amistad. Tampoco ha olvidado a todas las órdenes religiosas y comunidades de la gran fraternidad franciscana, ni a los dominicos, a los que ha dado las gracias con un toque de humor.
Se ha ofrecido después un refresco en los locales de la Custodia, al que ha seguido un almuerzo comunitario que ha reunido a los distintos representantes de las congregaciones católicas de Tierra Santa y a los cónsules.
En los momentos de oración, el pensamiento se ha dirigido también al papa Francisco, el primero en haber elegido como patrón al santo de Asís, ciudad donde el Santo Padre eligió pasar esta jornada; una oración que se extiende gratamente a todos aquellos que llevan este nombre.

S.C.