El sábado 19 de marzo, los franciscanos se han reunido en el santuario de Betfagé para conmemorar la entrada de Jesús en Jerusalén el día de las palmas. Las fiestas solemnes se celebran habitualmente en los santuarios el mismo día, pero no es este el caso, porque los frailes deben estar en el Santo Sepulcro para celebrar la misa del Domingo de Ramos por la mañana, por eso la peregrinación a Betfagé se realiza el sábado por la mañana.
La misa en Betfagé, presidida por el custodio, fray Pierbattista Pizzaballa, ha reunido a franciscanos, parroquianos y peregrinos en la pequeña iglesia. Fray Artemio Vítores, que ha pronunciado la homilía, ha subrayado que, como en el Evangelio, también nosotros debemos acoger y aclamar a Cristo en nuestra vida cotidiana. ¿Cómo? Siendo verdaderos discípulos, amando y sirviendo a nuestros hermanos, acogiéndoles y caminando con ellos, sin olvidarnos de practicar el perdón y la misericordia.
Tras la celebración, el custodio ha bendecido el nuevo salón parroquial, inaugurado a continuación por la asamblea con un refresco. Bautizado como «El pequeño asno», ha estado financiado gracias a numerosos peregrinos y donantes de Hispanoamérica, Italia, España y otros países. El proyecto ha estado dirigido por el guardián del santuario, fray Agustín Pelayo, y permitirá a las 68 familias que habitan en el Residencial San Francisco tener un lugar donde reunirse.
«Es una buena cosa», afirma Tarik, uno de los vecinos de la urbanización, mientras sirve en medio de los frailes. «No hay nada alrededor de la urbanización, por eso no teníamos un lugar donde reunirnos. En este salón podremos organizar actividades para los niños, también las mujeres podrán reunirse… Será un lugar que servirá también para preparar la procesión de Ramos. ¡Estoy muy contento!¡Esto va a cambiar muchas cosas!».
HM
La misa en Betfagé, presidida por el custodio, fray Pierbattista Pizzaballa, ha reunido a franciscanos, parroquianos y peregrinos en la pequeña iglesia. Fray Artemio Vítores, que ha pronunciado la homilía, ha subrayado que, como en el Evangelio, también nosotros debemos acoger y aclamar a Cristo en nuestra vida cotidiana. ¿Cómo? Siendo verdaderos discípulos, amando y sirviendo a nuestros hermanos, acogiéndoles y caminando con ellos, sin olvidarnos de practicar el perdón y la misericordia.
Tras la celebración, el custodio ha bendecido el nuevo salón parroquial, inaugurado a continuación por la asamblea con un refresco. Bautizado como «El pequeño asno», ha estado financiado gracias a numerosos peregrinos y donantes de Hispanoamérica, Italia, España y otros países. El proyecto ha estado dirigido por el guardián del santuario, fray Agustín Pelayo, y permitirá a las 68 familias que habitan en el Residencial San Francisco tener un lugar donde reunirse.
«Es una buena cosa», afirma Tarik, uno de los vecinos de la urbanización, mientras sirve en medio de los frailes. «No hay nada alrededor de la urbanización, por eso no teníamos un lugar donde reunirnos. En este salón podremos organizar actividades para los niños, también las mujeres podrán reunirse… Será un lugar que servirá también para preparar la procesión de Ramos. ¡Estoy muy contento!¡Esto va a cambiar muchas cosas!».
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