Peregrinación de los franciscanos al Jordán: «Venid, venid a Jericó» | Custodia Terrae Sanctae

Peregrinación de los franciscanos al Jordán: «Venid, venid a Jericó»

Los franciscanos de la Custodia se han desplazado hasta las orillas del Jordán para conmemorar el bautismo de Cristo por Juan el Bautista. Antes de la Eucaristía fueron recibidos en el convento del Buen Pastor, donde fray Mario y fray Anthony les esperaban para el café. El hermoso jardín del convento acogió al vicario custodial, fray Dobromir, a las autoridades de la ciudad y a la asamblea de fieles.

Fray Mario fue el primero en hablar, cediendo después la palabra al gobernador de la provincia, Máyid Alfatiany, y al Dr. Sáeb Erekat; ambos destacaron la alegría de ver, en este día de fiesta, a cristianos y musulmanes unidos en esta tierra de Palestina. Fray Dobromir, encabezando la delegación franciscana, expresó su agradecimiento por este «fecundo entendimiento entre los franciscanos que tienen la responsabilidad de la parroquia y las autoridades religiosas musulmanas de Jericó, sin las cuales el recientemente inaugurado Terra Sancta School no habría sido posible».

En este día, los franciscanos se acercan en peregrinación para recordar la memoria de Jesús que, en varias ocasiones, atravesó esta ciudad de Jericó, entre oasis y paisajes desérticos. En la orilla del Jordán, la eucaristía –concelebrada por fray Dobromir y fray Mario, al mismo tiempo en italiano y árabe- congregó a más de quinientos peregrinos llegados de las parroquias de los alrededores. Fray Mario, en su vibrante homilía, manifestó: «Nosotros, los cristianos, no debemos tener miedo, estamos en nuestra tierra, sobre la que Jesús caminó. Volveremos aquí, cada vez más numerosos, y nuestros hermanos musulmanes y judíos deben comprenderlo. Es nuestro deber».

De hecho, solo desde 1985 el lugar del bautismo de Cristo es accesible de nuevo. La zona se había clausurado tras la guerra de los Seis Días y se había convertido en un campo militar minado bajo control israelí. Los peregrinos podían acercarse al lugar solo si estaban provistos de una autorización del ejército, y en fechas muy precisas.

Así, habiendo sido permitido el acceso en parte, los franciscanos han podido nuevamente anotar en su calendario litúrgico esta procesión, para alegría de todos. La ceremonia, que se celebraba anteriormente en octubre, encontró su puesto justo, respetando el calendario litúrgico, solo a partir de enero de 2012.

Tras la homilía, los fieles renovaron las promesas bautismales y después fueron bautizados algunos niños con agua del Jordán, obtenida directamente del río, precisamente junto al altar. Un momento de gran emoción se vivió cuando una paloma blanca voló hacia ellos, emitiendo algún zureo en el mismo momento en que entraban en contacto con el agua.

Al finalizar la misa, la comunidad se desplazó hasta el monasterio de la Cuarentena. Desde el siglo IV, los cristianos honran este lugar como aquel en el que tuvieron lugar las tentaciones de Cristo. Un monasterio ortodoxo, en la colina, conserva el recuerdo de este episodio evangélico. Antes de reunirse con la pequeña comunidad greco ortodoxa, los frailes leyeron el Evangelio y dedicaron un momento a la oración.

Gran parte de los fieles de la parroquia de San Salvador y de Jericó se unieron posteriormente a la asamblea para compartir el almuerzo en el convento del Buen Pastor. El jardín volvió a ser escenario de este agradable picnic con barbacoa y música, en donde la alegría volvió a reinar entre la comunidad franciscana y los cristianos locales. Los franciscanos abandonaron el lugar ya por la tarde, mostrando su agradecimiento a todas las personas que hicieron posible que esta jornada se convirtiera en un momento de renovación espiritual y fraterna.

Emilie R.