Peregrinaje anual por el Jordán con la Custodia - 2006 | Custodia Terrae Sanctae

Peregrinaje anual por el Jordán con la Custodia - 2006

Cerca de 450 personas, feligreses de Jerusalén, Haifa y Nazareth, religiosos de Jerusalén y peregrinos que se encontraban de paso, se unieron en el peregrinaje anual de la Custodia de Tierra Santa por los bordes del Jordán; y por supuesto, los feligreses de Jericó nos recibieron junto con su cura, el padre Feras Hejazin, ofm.

Bajo el rayo del sol y el calor generado por el Jordán, el padre Custodio Pierbattista Pizzaballa celebró la misa. Entre las lecturas se encontró el Bautismo del Señor, proclamado en diferentes lenguas. La plegaria universal lo fue más que nunca, ya que se realizó en más de 10 lenguas, entre las que pudimos comprender. La multitud continuó con la celebración con fervor y cada uno pudo renovar los votos bautismales. Al término de la misa, el cura de la parroquia de Jerusalén, el padre Ibrahim Faltas, ofm, celebró el bautismo de un nuevo joven feligrés. Después, los peregrinos se dirigieron hacia las orillas del Jordán. Del otro lado del río, que tiene entre 5 y 8 metros de longitud en este punto, un grupo de peregrinos compartían el mismo acto de fe. Además, una veintena de militares israelitas velaban por todos desde el inicio de la jornada. En efecto, este peregrinaje, que se realiza año tras año el último jueves del mes de octubre, reviste todo de un carácter un tanto excepcional – como mostró en 1567 Boniface de Raguse, antiguo Custodio de Tierra Santa. El lugar en que la Custodia de Tierra Santa poseía tierras y un convento se convirtió, desde 1967 en un terreno fronterizo militarizado y el convento en campos de minas.

El peregrinaje se interrumpió de 1967 al 31 de octubre de 1985 por medidas de seguridad, y fue hasta después de largas negociaciones, que la Custodia obtuvo de nuevo el derecho de acceder a las orillas del río. El antiguo convento nunca tiene acceso, por lo que el paso de esta zona se realiza por la mañana con vigilancia armada. Los militares se encontraban en un momento de intriga por esta misión, así que también ellos llevaron sus cámaras fotográficas para inmortalizar la procesión. Además, no faltaron las fotos y el video de la prensa, ya que una veintena de periodistas también cubrían el evento.

Así mismo, los escritos del sigo XVI mencionan la ascensión del Monte Nebo después de la plegaria en el Jordán, del otro lado del río y sobre el territorio jordano contiguo, sobre otro monte, aquél de la Cuarentena, a donde se dirigen los autos después de la misa. Después del siglo IV, los cristianos veneraron este lugar de la Tentación de Cristo. Los frailes griegos ortodoxos edificaron a un costado de esta colina uno de sus monasterios, donde guardaban el secreto. Detrás de las piedras y en medio de la aridez del lugar, descubrimos el esplendor del arte ortodoxo donde los íconos tienen rivalidad con los frescos.
Antes de acceder a esta joya “en las grietas de los riscos” (Ct 2, 14), los peregrinos se tomaron unos momentos para hacer oración y proclamar el evangelio que relata la Tentación. Después, al entrar al lugar santo, veneraron la roca en la montaña. Todos los peregrinos regresaron a casa felices por este día de reencuentro y oración.

MAB