Como es tradicional, en la fiesta de los santos Pedro y Pablo la Custodia de Tierra Santa ha tenido la alegría de vivir las ordenaciones del año.
Los seis franciscanos que han sido después ordenados sacerdotes y diáconos han abierto la procesión, seguidos de unos sesenta sacerdotes.
La celebración ha comenzado con el canto del Veni Creator, mientras que Su Beatitud Mons. Fuad Twal incensaba el altar. Esta es la última ordenación sacerdotal que el patriarca latino ha presidido después de que la Santa Sede anunciara que su dimisión, presentada el pasado mes de octubre y después de haber cumplido los 75 años, había sido aceptada.
Algunos miembros de las familias de los ordenandos han ocupado las primeras filas mientras que numerosas religiosas, algunos fieles de Jerusalén y amigos llenaban la nave de la iglesia.
La celebración en distintas lenguas ha subrayado, una vez más, la internacionalidad de los futuros clérigos.
El custodio de Tierra Santa ha llamado, en italiano, a los ordenandos para presentarlos al patriarca, confirmando su idoneidad. Y, también en italiano, la lengua oficial de la Custodia, el patriarca se ha dirigido a ellos diciendo: «Cada vocación tiene una historia tras de sí, única e irrepetible, la historia de un diálogo, de una llamada y de una respuesta, una historia de amor que comienza en lo íntimo del corazón».
Después de haber subrayado que la ordenación no es el fin sino la continuación del camino en el seguimiento de Cristo, les ha exhortado diciendo: «Intentad crecer convencidos interiormente de que vuestra esperanza es también la esperanza de muchos hombres y mujeres, que vuestra alegría puede y debe contagiar a las personas que os rodean, que vuestra caridad no debe conocer límites, ni obstáculos, ni "check-point", ni muros de ningún tipo».
Invitados a ser obedientes como Cristo, el sí de sus promesas ha resonado fuerte y claro.
Después de la homilía han seguido los gestos característicos de la ordenación y después el ritual de la misa. A continuación, la asamblea gozosa, invitada por el custodio, fray Francesco Patton, se ha vuelto a reunir para disfrutar de un refresco. Los nuevos ordenandos han sido requeridos para impartir su bendición. Su alegría se reflejaba en sus rostros. Fray Luis Jesús Neri Rodríguez ha testimoniado su alegría por la misericordia que Dios ha tenido con él: «El camino sigue y lo vivo como una invitación de Dios a estar cada día más cerca de su corazón». Fray Rodrigo Machado Soares, muy conmovido, ha recordado la llamada de Dios: «Han transcurrido doce años desde mi entrada en la comunidad y siento hoy la gracia de Dios, de un Dios más grande que nosotros junto al que nos sentimos pequeños. Pero eso no importa. Aunque seamos limitados, Él se entrega sin medida». Fray Marko ha confesado que se sentía agotado esta misma mañana, pero que en la ordenación se ha sentido invadido por una fuerza nueva hasta el punto de estar en plena forma.
En la celebración estaba presente fray Imad María, ordenado sacerdote en Egipto el 7 de junio pasado según el rito copto católico y que, desde hace algunos meses, se ha incorporado oficialmente al servicio de la Custodia de Tierra Santa. Estaba presente también fray Diya Aziz, franciscano iraquí de la Custodia dos veces secuestrado en Siria mientras era párroco de una parroquia en el corazón del así llamado Califato Islámico y que escapó milagrosamente. También, venido desde México, el padre Juan Manuel Muñoz Curiel, de cuya franciscana de Jalisco, en México y de la que es superior, envía todos los años a dos nuevos frailes al Seminario internacional de Jerusalén.
A la alegría de la Custodia se une la del Patriarcado latino, que ha vivido sus ordenaciones en Jordania.
A los nuevos sacerdotes, a todos los que han sido ordenados en este día, ¡nuestra felicitación!
Han sido ordenados :
Sacerdote
Fray Rodolfo Ramírez de la Torre
Diáconos
Fray Eliazar Arteaga Chavero
Fray Gilberto Hernández Hernández
Fray Luis Jesús Neri Rodríguez
Fray Marko Gulin
Fray Rodrigo Machado Soares
Los seis franciscanos que han sido después ordenados sacerdotes y diáconos han abierto la procesión, seguidos de unos sesenta sacerdotes.
La celebración ha comenzado con el canto del Veni Creator, mientras que Su Beatitud Mons. Fuad Twal incensaba el altar. Esta es la última ordenación sacerdotal que el patriarca latino ha presidido después de que la Santa Sede anunciara que su dimisión, presentada el pasado mes de octubre y después de haber cumplido los 75 años, había sido aceptada.
Algunos miembros de las familias de los ordenandos han ocupado las primeras filas mientras que numerosas religiosas, algunos fieles de Jerusalén y amigos llenaban la nave de la iglesia.
La celebración en distintas lenguas ha subrayado, una vez más, la internacionalidad de los futuros clérigos.
El custodio de Tierra Santa ha llamado, en italiano, a los ordenandos para presentarlos al patriarca, confirmando su idoneidad. Y, también en italiano, la lengua oficial de la Custodia, el patriarca se ha dirigido a ellos diciendo: «Cada vocación tiene una historia tras de sí, única e irrepetible, la historia de un diálogo, de una llamada y de una respuesta, una historia de amor que comienza en lo íntimo del corazón».
Después de haber subrayado que la ordenación no es el fin sino la continuación del camino en el seguimiento de Cristo, les ha exhortado diciendo: «Intentad crecer convencidos interiormente de que vuestra esperanza es también la esperanza de muchos hombres y mujeres, que vuestra alegría puede y debe contagiar a las personas que os rodean, que vuestra caridad no debe conocer límites, ni obstáculos, ni "check-point", ni muros de ningún tipo».
Invitados a ser obedientes como Cristo, el sí de sus promesas ha resonado fuerte y claro.
Después de la homilía han seguido los gestos característicos de la ordenación y después el ritual de la misa. A continuación, la asamblea gozosa, invitada por el custodio, fray Francesco Patton, se ha vuelto a reunir para disfrutar de un refresco. Los nuevos ordenandos han sido requeridos para impartir su bendición. Su alegría se reflejaba en sus rostros. Fray Luis Jesús Neri Rodríguez ha testimoniado su alegría por la misericordia que Dios ha tenido con él: «El camino sigue y lo vivo como una invitación de Dios a estar cada día más cerca de su corazón». Fray Rodrigo Machado Soares, muy conmovido, ha recordado la llamada de Dios: «Han transcurrido doce años desde mi entrada en la comunidad y siento hoy la gracia de Dios, de un Dios más grande que nosotros junto al que nos sentimos pequeños. Pero eso no importa. Aunque seamos limitados, Él se entrega sin medida». Fray Marko ha confesado que se sentía agotado esta misma mañana, pero que en la ordenación se ha sentido invadido por una fuerza nueva hasta el punto de estar en plena forma.
En la celebración estaba presente fray Imad María, ordenado sacerdote en Egipto el 7 de junio pasado según el rito copto católico y que, desde hace algunos meses, se ha incorporado oficialmente al servicio de la Custodia de Tierra Santa. Estaba presente también fray Diya Aziz, franciscano iraquí de la Custodia dos veces secuestrado en Siria mientras era párroco de una parroquia en el corazón del así llamado Califato Islámico y que escapó milagrosamente. También, venido desde México, el padre Juan Manuel Muñoz Curiel, de cuya franciscana de Jalisco, en México y de la que es superior, envía todos los años a dos nuevos frailes al Seminario internacional de Jerusalén.
A la alegría de la Custodia se une la del Patriarcado latino, que ha vivido sus ordenaciones en Jordania.
A los nuevos sacerdotes, a todos los que han sido ordenados en este día, ¡nuestra felicitación!
Han sido ordenados :
Sacerdote
Fray Rodolfo Ramírez de la Torre
Diáconos
Fray Eliazar Arteaga Chavero
Fray Gilberto Hernández Hernández
Fray Luis Jesús Neri Rodríguez
Fray Marko Gulin
Fray Rodrigo Machado Soares