San Francisco en Belén | Custodia Terrae Sanctae

San Francisco en Belén

La solemnidad de la fiesta de san Francisco de Asís atañe no sólo a los franciscanos –es decir, a todos aquéllos que, de un modo u otro, se inspiran y viven según su forma de vida – sino a toda la comunidad, en sus varios componentes civiles y religiosos.

Durante la mañana se ha celebrado la Santa Misa en la capilla de la escuela, con la participación de todos los empleados, profesores y maestras, en memoria y recuerdo del Santo, subrayando su constante adhesión a la enseñanza evangélica, a la palabra y la figura misma de Jesús. Un Jesús que san Francisco, con intuición genial, presenta a los hombres de su tiempo, y todos los tiempos, como Salvador por amor y con el amor; no más ó no sólo Señor Omnipotente, Juez Supremo, sino hermano entre los hermanos, sufriendo con los que sufren, hombre amabilísimo entre las criaturas que lo aman y lo alaban. Después de la celebración se ha ofrecido un refrigerio para atemperar también el cuerpo, creando una continuidad con la pequeña comunidad escolar de nuestra escuela, signo de fraternidad y apoyo recíproco, inspirándonos en la propia enseñanza de nuestro Santo Patrono.

Durante toda la jornada la escuela de Tierra Santa de Belén ha hospedado a todos los demás colegios de Tierra Santa, bien sean las secciones femeninas como masculinas, organizando campeonatos deportivos varios (baloncesto, fútbol y ping pong) donde (¡con gran alegría y orgullo mío!) los alevines de la escuela de Tierra Santa de Belén se han clasificado en todos los deportes de los campeonatos, venciendo todos los premios en liza.

Por la tarde, la comunidad cristiana de Belén aún ha sido invitada, junto a tantos otros venidos de fuera, a participar en el Concierto de música árabe clásica, en el teatro de la escuela. El concierto era también en honor de dos de las columnas principales de esta ciudad, y en la atmósfera se palpaba la gran conmoción de todos: fra Justo Artaraz, guardián de nuestra fraternidad, y fra Amjad Sabbara, párroco, nos dejan porque son transferidos uno a Beit Hanina y el otro a Nazaret. La misión es la misma: testimoniar y llevar la Palabra de Jesucristo siguiendo el ejemplo de nuestro fundador San Francisco. Me tocaba a mí decir dos palabras de despedido y agradecimiento, pero ha prevalecido la tristeza por su marcha y a mí me temblaba la voz.

Fra Justo e fra Amjad han recibido todavía una vez más el agradecimiento por su generoso servicio a esta Comunidad y el afecto de todas las personas presentes, junto el deseo de que el Señor les bendiga y esté siempre con ellos: todos nosotros estamos seguros de que muy difícilmente saldrán de nuestros corazones.

El concierto ha concluido con ex alumno nuestro que, con voz suave, ha cantado el Cántico de la Paz de san Francisco. Todos los presentes han sido invitados a un refresco ofrecido por la escuela, un modo de reunir a todos los participantes y permitir a los invitados el que puedan saludar y agradecer personalmente a los dos hermanos nuestros que nos dejan, y a los que están muy ligados.

Obligado ha estado mi agradecimiento a todos aquéllos que han trabajado porque la fiesta saliese perfectamente, trabajando sacrificadamente y con dedicación. Y con la esperanza en el corazón, haciendo mía la bendición dada por san Francisco a frate Leone, pido al Señor que “¡os bendiga y os guarde! Os muestre su rostro y tenga misericordia de vosotros, vuelva hacia vosotros su mirada y os dé la paz”.

fra Marwan Di’des ofm Direttore