El miércoles 9 de marzo, la tercera peregrinación cuaresmal se ha encaminado hacia el patio de la iglesia de la Flagelación, segunda estación del Viacrucis de Jerusalén. En esta ocasión la misa solemne ha estado presidida por fray Nayib Ibrahim, superior del convento, en presencia de numerosos frailes franciscanos y algunos fieles.
Fray Frédéric Manns ha recordado en su homilía el papel de la flagelación en la fe cristiana: «Juan presenta a Jesús como el buen pastor que la vida por sus ovejas. Su trono será la cruz. La crucifixión de Jesús es su exaltación. Vemos la persona de Jesús en aquel de quien habla el profeta Isaías: “Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado” (Is 53,4). Aquí en Oriente –ha precisado fray Frédéric-, somos testigos de esta fuerza del mal. La cruz de Cristo nos hace comprender las raíces más profundas que nos hunden en el pecado y en la muerte. Solo con el cumplimiento escatológico y en la renovación definitiva del mundo, el amor vencerá a las raíces del mal, trayendo el reino y la vida inmortal». Tras la misa solemne se ha ofrecido un refresco en el refectorio del convento. El equipo del Terra Santa Museum ha aprovechado la presencia de los frailes para darles a conocer la primera sección del museo, que será inaugurada el próximo 17 de marzo. Es la sala multimedia sobre el Viacrucis, que permitirá a peregrinos y turistas realizar un viaje en el tiempo.
«Nuestro amigo Lázaro duerme, pero me pongo en camino para despertarlo»
El día después, jueves 10 de marzo, se ha llevado a cabo la cuarta peregrinación de preparación a la Semana Santa, hasta Betania. Una vez atravesadas las puertas del santuario franciscano, los frailes y peregrinos han saludo al guardián del convento, fray Michael Sarquah y, mientras los frailes se preparaban para la misa -presidida por fray Carlos Molina-, los fieles han ido tomando asiento en la iglesia.
«La idea de la resurrección no era muy aceptada en el mundo judío en la época de Cristo», ha explicado fray Frédéric Manns en su homilía. En el Antiguo Testamento hay algunas resurrecciones de muertos realizadas por los profetas Elías y Eliseo. El concepto, por lo tanto, era conocido. El Evangelio de san Juan presenta los signos que Jesús realizó. «El penúltimo signo de Cristo es la resurrección de su amigo Lázaro, precisamente aquí, en Betania. Jesús quería preparar a sus discípulos a aceptar su propia resurrección».
Gregorio Nacianceno, doctor de la Iglesia, explicaba hablaba de quiénes eran los tres personajes que fueron resucitados por Cristo: la hija de Jairo, el hijo de la viuda de Naín y Lázaro. «Hay una hermosa diferencia entre los tres –explica fray Frédéric citando al santo teólogo bizantino-. La hija de Jairo estaba todavía en la casa, el hijo de la viuda, en el cortejo fúnebre, fuera de la casa; el tercero, Lázaro, estaba en la tumba desde hacía cuatro días y ya olía. Así son los tres tipos de pecadores: el pecador apegado a la casa, como la hija, aunque acepte a la Iglesia; aquel que está fuera de la Iglesia, en el camino hacia el cementerio. Y el tercero, el que se parece a una persona muerta hace cuatro días y que huele, como Lázaro. Pero cualquiera que sea el tipo de pecado, Dios es capaz de devolvernos a la vida».
La resurrección de Lázaro anuncia la resurrección de Cristo –sigue precisando el fraile-, en la que el hombre debe tener el valor de convertirse en una criatura nueva. «No hay que dejarse abrumar por la violencia, por los problemas políticos o económicos que nos oprimen. Un cristiano es una persona que cree en la vida futura, en una vida nueva; debe estar renovándose constantemente».
Al finalizar la misa, la asamblea ha sido invitada a un refresco en el patio de la iglesia. La peregrinación ha continuado después con una parada ante la tumba de Lázaro, situada a algunos metros del santuario franciscano. Después, los frailes han vuelto a subir al autobús para ir adonde antes se iba caminando desde la otra parte del muro: el monte de los Olivos. Allí, se han detenido en las dos últimas paradas de la peregrinación del día para orar: en la Ascensión y en el Pater Noster.
N.H.
Programa de peregrinaciones de Cuaresma en Jerusalén
Durante la Cuaresma, como preparación a la Semana Santa, los franciscanos realizan peregrinaciones semanales a los santuarios relacionados con la Pasión. Esta tradición se remonta a finales del siglo XIX. Todos, peregrinos ocasionales y cristianos que viven en Tierra Santa, están invitados a participar. Este es el programa de este año:
Miércoles 16 de marzo - Lithostrotos – 17.00 horas misa solemne. Predicador: fray Artemio Vítores, ofm
Sábado (19 de marzo) - Betfagé – 9.00 horas misa solemne. Predicador: fray Artemio Vítores, ofm
Fray Frédéric Manns ha recordado en su homilía el papel de la flagelación en la fe cristiana: «Juan presenta a Jesús como el buen pastor que la vida por sus ovejas. Su trono será la cruz. La crucifixión de Jesús es su exaltación. Vemos la persona de Jesús en aquel de quien habla el profeta Isaías: “Él soportó nuestros sufrimientos y aguantó nuestros dolores; nosotros lo estimamos leproso, herido de Dios y humillado” (Is 53,4). Aquí en Oriente –ha precisado fray Frédéric-, somos testigos de esta fuerza del mal. La cruz de Cristo nos hace comprender las raíces más profundas que nos hunden en el pecado y en la muerte. Solo con el cumplimiento escatológico y en la renovación definitiva del mundo, el amor vencerá a las raíces del mal, trayendo el reino y la vida inmortal». Tras la misa solemne se ha ofrecido un refresco en el refectorio del convento. El equipo del Terra Santa Museum ha aprovechado la presencia de los frailes para darles a conocer la primera sección del museo, que será inaugurada el próximo 17 de marzo. Es la sala multimedia sobre el Viacrucis, que permitirá a peregrinos y turistas realizar un viaje en el tiempo.
«Nuestro amigo Lázaro duerme, pero me pongo en camino para despertarlo»
El día después, jueves 10 de marzo, se ha llevado a cabo la cuarta peregrinación de preparación a la Semana Santa, hasta Betania. Una vez atravesadas las puertas del santuario franciscano, los frailes y peregrinos han saludo al guardián del convento, fray Michael Sarquah y, mientras los frailes se preparaban para la misa -presidida por fray Carlos Molina-, los fieles han ido tomando asiento en la iglesia.
«La idea de la resurrección no era muy aceptada en el mundo judío en la época de Cristo», ha explicado fray Frédéric Manns en su homilía. En el Antiguo Testamento hay algunas resurrecciones de muertos realizadas por los profetas Elías y Eliseo. El concepto, por lo tanto, era conocido. El Evangelio de san Juan presenta los signos que Jesús realizó. «El penúltimo signo de Cristo es la resurrección de su amigo Lázaro, precisamente aquí, en Betania. Jesús quería preparar a sus discípulos a aceptar su propia resurrección».
Gregorio Nacianceno, doctor de la Iglesia, explicaba hablaba de quiénes eran los tres personajes que fueron resucitados por Cristo: la hija de Jairo, el hijo de la viuda de Naín y Lázaro. «Hay una hermosa diferencia entre los tres –explica fray Frédéric citando al santo teólogo bizantino-. La hija de Jairo estaba todavía en la casa, el hijo de la viuda, en el cortejo fúnebre, fuera de la casa; el tercero, Lázaro, estaba en la tumba desde hacía cuatro días y ya olía. Así son los tres tipos de pecadores: el pecador apegado a la casa, como la hija, aunque acepte a la Iglesia; aquel que está fuera de la Iglesia, en el camino hacia el cementerio. Y el tercero, el que se parece a una persona muerta hace cuatro días y que huele, como Lázaro. Pero cualquiera que sea el tipo de pecado, Dios es capaz de devolvernos a la vida».
La resurrección de Lázaro anuncia la resurrección de Cristo –sigue precisando el fraile-, en la que el hombre debe tener el valor de convertirse en una criatura nueva. «No hay que dejarse abrumar por la violencia, por los problemas políticos o económicos que nos oprimen. Un cristiano es una persona que cree en la vida futura, en una vida nueva; debe estar renovándose constantemente».
Al finalizar la misa, la asamblea ha sido invitada a un refresco en el patio de la iglesia. La peregrinación ha continuado después con una parada ante la tumba de Lázaro, situada a algunos metros del santuario franciscano. Después, los frailes han vuelto a subir al autobús para ir adonde antes se iba caminando desde la otra parte del muro: el monte de los Olivos. Allí, se han detenido en las dos últimas paradas de la peregrinación del día para orar: en la Ascensión y en el Pater Noster.
N.H.
Programa de peregrinaciones de Cuaresma en Jerusalén
Durante la Cuaresma, como preparación a la Semana Santa, los franciscanos realizan peregrinaciones semanales a los santuarios relacionados con la Pasión. Esta tradición se remonta a finales del siglo XIX. Todos, peregrinos ocasionales y cristianos que viven en Tierra Santa, están invitados a participar. Este es el programa de este año:
Miércoles 16 de marzo - Lithostrotos – 17.00 horas misa solemne. Predicador: fray Artemio Vítores, ofm
Sábado (19 de marzo) - Betfagé – 9.00 horas misa solemne. Predicador: fray Artemio Vítores, ofm