Un belén extraordinario en la Custodia para esta Navidad | Custodia Terrae Sanctae

Un belén extraordinario en la Custodia para esta Navidad

He aquí un pequeño paisaje de los alrededores de Nápoles del siglo XVIII. En torno a una gran roca se disponen decenas de personajes. En el corazón de la montaña, en la intimidad de una gruta, el Hijo de Dios acaba de nacer. Un anacronismo para recordar la universalidad del misterio de la Encarnación.

El viernes 28 de noviembre, durante la bendición de este tradicional belén napolitano –en el hall de la Curia-, Mons. Francesco Iannone ha ilustrado a los presentes sobre esta tradición. El arqueólogo italiano ha participado en la elaboración del proyecto junto con fray Sergio, el secretario de la Custodia de Tierra Santa. «El belén napolitano es siempre muy rico en personajes de todo tipo y esto es el testimonio del Dios de los cristiano […]. Él no ama a los hombres indistintamente; Él ama a cada uno de nosotros con un amor particular. Para Él, cada hombre es único».

Este belén, de hecho, acoge a hombres de todos los colores y de todo estamento social. Está el pescadero, detrás de su mostrador lleno de productos más reales que los naturales; la madre que alimenta a su niño en una elegante terraza, desde donde domina el paisaje; los músicos de colores que confieren a la escena un aire de fiesta; el fabricante de panderetas, con los aros de madera en torno al cuello; hasta un hombre comiendo espagueti, ¡que devora vorazmente! Sin olvidar tampoco a los personajes indispensables: los reyes orientales con sus capas ricamente adornadas, los pastores con las ovejas a sus espaldas y, finalmente, siete ángeles alados que sobrevuelan a la Sagrada Familia, reunida por primera vez.

Mons. Francesco Iannone recuerda que «el belén se hace no para ser escuchado como una conferencia, ni leído como un libro, sino para ser visitado como los pastores aquella noche de Navidad. ¡Venid y ved!». Sin embargo, es difícil no dejarse deslumbrar por la infinita variedad de colores y tejidos, del gusto por el detalle –desde numerosos cabellos hasta la punta de los zapatos, de las farolas, aquí y allá, al musgo que cubre el suelo. «No he visto nunca nada tan hermoso», dice por lo bajo sor Mary, una franciscana originaria de Malta.

Hay que destacar que la Navidad es un tema central en la sensibilidad franciscana. En 1223, san Francisco de Asís fue quien realizó, en Greccio (Italia), el primer belén viviente.
«Otros años hemos puesto un pequeño belén en la iglesia de San Salvador –explica fray Sergio- por iniciativa del proyecto que apoya ATS pro Terra Sancta, pero esta vez la Custodia quiere invitar a todos los cristianos a recogerse aquí durante el Adviento. Este belén se ha hecho también para los pobres, para aquellos que no tiene medios para procurarse uno así, tan hermoso».

La labor artesanal se ha realizado en 2014 por la empresa familiar napolitana Scarabattola, para la Custodia de Tierra Santa. Una prueba de la habilidad de estos artesanos es que han sido ellos quienes han realizado el belén para el rey de España. Los personajes se han fabricado con paja y alambre de hierro para el cuerpo, arcilla para los miembros y la cabeza, y vidrio para los ojos. El personaje de san José ha sido objeto de una particular atención, con barba pero sin bigote. El secretario de la Custodia pidió que se le añadiera el bigote, para evitar comentarios.

El viernes 28 de noviembre, un público numeroso asistió a la bendición del belén napolitano por parte del custodio de Tierra Santa, fray Pierbattista Pizzaballa. Al finalizar el evento, una veinte de jóvenes coristas de la escuela de música del Magníficat ha entonado canciones navideñas tradiciones. Un ensayo de la Navidad a dos días del inicio del Adviento.

Mélinée Le Priol


Descargar el texto de Mons. Iannone