Un legado papal para celebrar la Jornada Mundial del Enfermo en Nazaret | Custodia Terrae Sanctae

Un legado papal para celebrar la Jornada Mundial del Enfermo en Nazaret

El jueves 11 de febrero, en la basílica de la Anunciación de Nazaret se ha celebrado la misa de la XXIV Jornada Mundial del Enfermo (JME). Para la ocasión, ha sido enviado el presidente del Consejo pontificio para la Pastoral de la Salud, Mons. Zygmunt Zimowski. «Jesús ha curado a muchos enfermos en Galilea. Su cercanía a los enfermos es un ejemplo para nosotros. Era lógico, por tanto, celebrar la JME en Nazaret», ha explicado.

El lema de este año, sacado del Evangelio de las bodas de Caná, ha sido: «Confiar en Jesús misericordioso como María: “Haced lo que él os diga” (Jn 2,5)», e insiste al mismo tiempo en la intercesión de la Virgen y la misericordia de Dios, sobre la que el papa Francisco ha puesto el acento en este Año de la Misericordia.

La misa, presidida por Mons. Zimowski, se ha celebrado en latín, italiano y árabe. La asamblea estaba compuesta principalmente por los cristianos locales y los enfermos, que han ocupado un puesto de honor. Después de la homilía, los obispos se han distribuido entre la asamblea para administrar el sacramento de la unción de los enfermos. Testigos de la ternura del Padre, han trazado una cruz sobre la frente y las manos de todos con especial atención. Los sacristanes junto a ellos se afanaban llevando el óleo o el algodón. Niños, jóvenes o ancianos, la enfermedad toca a todos sin distinción, pero Cristo no se olvida de nadie. «El santo papa Juan Pablo II creó esta Jornada Mundial del Enfermo en 1992 para sensibilizar a los que sufren de la cercanía de Cristo, que sufrió para ofrecernos la redención», ha subrayado Mons. Zimowski. «Esta jornada debería aportar esperanza a los enfermos y es también un mensaje para los médicos y enfermeros cuya misión es esencial para las personas más frágiles».
Según el testimonio de Linda, habitante de Nazaret y parroquiana de la basílica de la Anunciación: «Para mí ha sido muy importante participar en la misa, sobre todo porque con ello me uno a la Iglesia universal. Espero que eso también recuerde a los enfermos que no están solos en sus sufrimientos porque Dios está con ellos. Los acompañantes, médicos y auxiliares están presentes en nuestras oraciones, para que Dios les inspire en su atención a los enfermos».
La Santa Sede y la Asamblea de Ordinarios Católicos de Tierra Santa han organizado una peregrinación de una semana. Además de Mons. Zimowski, han participado varios obispos, entre ellos el arzobispo sirio católico de Mosul, Mons. Yuhana Petros Moshe. En concreto, se han acercado a Belén, Ramala y Jerusalén. Venidos para esta celebración especial, han aprovechado para acercarse a los santos lugares y visitar a los enfermos y a los católicos de Tierra Santa, dando testimonio de las distintas realidades del país. Estaban acompañados también por un grupo de peregrinos españoles, miembros de la asociación de fieles de la Hospitalidad Jesús de Nazaret. El grupo estaba compuesto de enfermos y acompañantes.
«Pensaba que era imposible para mí venir a Tierra Santa en una silla de ruedas –explica Araceli-, ¡pero lo he conseguido! El mundo tiene que saber que también los enfermos pueden venir de peregrinación. Para mí ha sido muy importante –añade- porque puedo ayudar a los demás, rezando por ellos en los lugares donde vivió Jesús, mientras que lo normal es que sean otros los que me ayuden durante la vida cotidiana».
Haciéndose eco de la próxima canonización de la Madre Teresa y su vida junto a los que más sufren, Mons. Zimowski ha anunciado que la próxima Jornada Mundial del Enfermo se celebrará en la India en 2019.

HM