A petición de Su Excia. Giuseppe Lazzarotto, delegado apostólico para Jerusalén y Palestina, la Custodia de Tierra Santa ha prestado una de sus obras, que servirá de fondo al encuentro entre el papa Francisco y el patriarca ecuménico Bartolomé. Será durante este encuentro, el domingo 25 de mayo en la sede de la Delegación Apostólica del monte de los Olivos, cuando se firmará una declaración conjunta bajo la mirada de la Virgen María.
De hecho, el lienzo que se presentará en el salón es el de La Anunciación, del pintor Francesco de Mura. Esta obra, con unas dimensiones de 124 por 179 cm, es una de las cuatro telas que componen el Ciclo de la Virgen, expuesto en Belén, en la iglesia de Santa Catalina ad Nativitatem. Francesco de Mura, artista de la escuela napolitana del siglo XVIII, trabajó principalmente en Nápoles y Turín y sus obras se exponen en el Louvre, en Cambrigde y también en Chicago.
Para la Custodia de Tierra Santa y su departamento de Bienes culturales, que vela por la conservación y valorización de las obras de los franciscanos de Tierra Santa, es una gran satisfacción. La tela barroca fue restaurada en 2012-2013 gracias al benefactor y galerista Maurizio Canesso. Se presentó también en la exposición «Tesoros del Santo Sepulcro» que se organizó conjuntamente en el palacio de Versalles y en la Casa de Chateaubriand, en Châtenay-Malabry.
De hecho, el lienzo que se presentará en el salón es el de La Anunciación, del pintor Francesco de Mura. Esta obra, con unas dimensiones de 124 por 179 cm, es una de las cuatro telas que componen el Ciclo de la Virgen, expuesto en Belén, en la iglesia de Santa Catalina ad Nativitatem. Francesco de Mura, artista de la escuela napolitana del siglo XVIII, trabajó principalmente en Nápoles y Turín y sus obras se exponen en el Louvre, en Cambrigde y también en Chicago.
Para la Custodia de Tierra Santa y su departamento de Bienes culturales, que vela por la conservación y valorización de las obras de los franciscanos de Tierra Santa, es una gran satisfacción. La tela barroca fue restaurada en 2012-2013 gracias al benefactor y galerista Maurizio Canesso. Se presentó también en la exposición «Tesoros del Santo Sepulcro» que se organizó conjuntamente en el palacio de Versalles y en la Casa de Chateaubriand, en Châtenay-Malabry.