Visita del Ministro General al Líbano | Custodia Terrae Sanctae

Visita del Ministro General al Líbano

Miércoles, 13 de febrero. Inicio de la Visita al Líbano del Padre José M. Carballo, acompañado del Padre Custodio de Tierra Santa, fra Pierbattista Pizzaballa.

Llegados de Damasco, con lluvia y nieve, y en camino hacia Yarze, el Custodio propone al Ministro General hacer una visita relámpago a las Hermanas Clarisas que habitan cerca. Éstas se quedan muy sorprendidas y contentas de acogerles en su monasterio. Les recuerda el interés de Francisco por Clara y sus hermanas.

Después, el viaje prosigue hacia Beirut, adonde llegan hacia las doce y media. Los Frailes del convento de San Antonio de Harissa con su guardián, fra Angélico Pilla, habían llegado ya para recibirles junto a la fraternidad de Beirut. El guardián del convento de San Giuseppe de Beirut les dedica un breve discurso de bienvenida antes de la comida, que se desenvuelve en una atmósfera cordial y simple. El P. Guardián informa al Ministro General del programa vespertino: visita al centro de espiritualidad y encuentro con las familias franciscanas.

La situación de nuestro barrio de Gemmayze es un poco delicada: mañana habrá una manifestación en la vecina plaza de los cañones, por el aniversario del asesinato del primer ministro Hariri, y la policía y el ejército vigilan, haciendo retirar todos los coches aparcados en el barrio. A causa de esta situación pocos estudiantes estarán presentes en el Centro.

Alrededor de las cinco de la tarde, como estaba fijado, el Ministro General recibe en el salón del convento a las cuatro hermanas Clarisas: la nueva Abadesa libanesa, Sor Marina, la Vicaria, Sor Jeanne d’Arc, una hermana Coreana y otra Filipina.

Alrededor de las 17:30, acompañado de fra Halim, pasa a visitar el Centro de espiritualidad franciscana. Entra en el aula donde fra Giuseppe Costantin, Guardián del Convento, está explicando a los pocos estudiantes presentes las admoniciones de San Francisco. El Ministro saluda a los estudiantes, les dice algunas palabras de ánimo y después participa en un pequeña pausa de recreación en el gran salón del Centro. Aquí están reunidos los pocos estudiantes junto a los seminaristas capuchinos, algún seminarista conventual con los profesores y algunas señoras terciarias, junto a nuestras terciarias. El General, con el Custodio al lado, se sientan en el centro del semicírculo. Están presentes los dos Padres Provinciales: fra Tanos Rizik, Capuchino, fra Cesasre Ensayan, Conventual, la Madre General de las Hermanas Capuchinas de la Cruz, Sor Antoinette de las Hermanas Franciscanas Misioneras de María y las cuatro hermanas Clarisas.

El encuentro se inicia con el cántico del Hermano Sol en árabe, después fra Giuseppe Costantin dirige unas palabras de bienvenida al P. General, agradeciéndole su visita en un momento tan delicado y difícil para el Líbano. Da las gracias a todos los presentes. Fra Cesare explica brevemente el objetivo y el funcionamiento del Centro de Espiritualidad.

El Ministro General nos habla de la preparación del Jubileo del 2009 en colaboración con la familia franciscana, de la importancia de la formación, e insiste en las exigencias necesarias al inicio del itinerario vocacional. A las Clarisas les recomienda ser, sobre todo, contemplativas, a las otras hermanas, ser fermento en el mundo; y, finalmente, a las terciarias, ser laicas en el mundo comprometidas y sostenidas por la espiritualidad franciscana.

Más tarde llega la Madre General de las Hermanas de la Cruz, que invita al Ministro General, al Custodio y a los frailes de Tierra Santa a participar en la beatificación de su fundador, el Siervo de Dios Abuna Yacoub, que está prevista para el 22 de junio en Líbano. Invita también al Ministro General a una visita a la tumba de Abuna Yacoub. Fra Halim sugiere la posibilidad de realizarla la mañana siguiente, antes de ir a saludar al Obispo de los Latinos, Mons. Boulos.

Fra Ibrahim hace de traductor al P. General durante toda esta breve visita al Líbano. Se termina con el canto “Loado seas mi Señor”, en italiano y en árabe (Mubarakon).

Nuestras terciarias ofrecen un refresco a todos los presentes.

Después de la cena el Custodio, a sugerimiento de fra Ibrahim, para evitar supuestos peligros y cierres de carreteras, decide ir a pernoctar con el Ministro General al convento de Harissa, contrariamente al programa preparado hacía tiempo. Naturalmente, nosotros, los frailes de Beirut junto a fra Nagib, nos quedamos a dormir en Casa. “Ha sido una de las noches más tranquilas” afirma fra Nagib, cuya celda da a la calle, la mañana siguiente. Después, cuando salimos por la mañana, alrededor de las 8, encontramos todas las calles abiertas al tránsito.

Jueves, 14 de febrero. Como estaba convenido, bajo una lluvia abundante y fría, nos encontramos con el Ministro General en el Convento de la Santa Cruz de las Hermanas franciscanas. La Madre General, Sor Marie Makhlouf, después de haber agradecido al P. General el haber aceptado la invitación a visitar la tumba de Abuna Yacoub, muestra las actividades de las Hermanas, sobre todo en el campo hospitalario. Éstas tienen, en la casa de la Santa Cruz, el más importante hospital psiquiátrico del Medio Oriente. El P. General, dirigiéndose principalmente a las muchas hermanas jóvenes que participan en el encuentro, vuelve a hablar de la importancia de la formación, y anima a extender el Instituto, más allá del Líbano, para no ser una congregación cerrada en sí misma. Después sigue una momento de oración en la tumba del Venerable Abuna Yacoub.

Siempre bajo una lluvia incesante, vamos hacia Giáita, a ver al Obispo Vicario Apostólico de los Latinos, ya Obispo de los Latinos en Iraq antes de ser nombrado para el Líbano. Monseñor Boulos Dada, ex provincial de los Carmelitas, que habla un italiano perfecto. El P. General le agradece el apoyo que da a los frailes franciscanos, y le pregunta si desea hacer alguna observación. El Obispo le responde: “¡No es necesario cambiar tan frecuentemente al personal religioso franciscano!”.

Vamos a Bkerke (Bikorke en nuestras antiguas crónicas) a hacer una visita al Patriarca Maronita, el Cardenal Nasrallah Sfeir. La sede patriarcal se encuentra hacia la mitad de la subida a Harissa, donde nos espera un grupo de fotógrafos y periodistas. El Patriarca nos acoge con mucha gentileza y cordialidad. El intercambio de saludos tiene lugar en lengua francesa. El Ministro General manifiesta su propia solidaridad y la de los frailes al Patriarca y a los libaneses, asegurándole nuestra oración por este martirizado país.

Finalmente, la última visita al Nuncia, Mons. Luigi Gatti, cuya sede se encuentran junto al Santuario de Nuestra Señora de Harissa. ¡Naturalmente se habla en italiano!. El Ministro General agradece el apoyo dado a los frailes en el pasado, en Tierra Santa y en Siria, cuando el Nuncio presidio aquellas dos sedes. El Nuncio habla de la difícil situación política y de las influencias negativas de ésta sobre la presencia de los cristianos en el Líbano.

Concluimos así nuestras visitas protocolarias hacia mediodía, y dada la cercanía de varios lugares, el Ministro General, acompañado de fra Ibrahim, disfruta de un momento de oración junto al vecino santuario de Nuestra Señora del Líbano, antes de acceder al convento de San Antonio donde la fraternidad de Harissa nos ofrece un almuerzo estupendamente preparado por la señora Baha, la cocinera.

A las 16 horas nos encontramos todos en el diván del convento para un encuentro con el Ministro General que nos expone los siguientes temas: la preparación del VIIIº centenario de la Regla para el 2009, después de estos tres años de camino; el discernimiento acerca de nuestra vocación personal y comunitaria hoy; la proyección hacia el futuro de lo que nos pide el Señor y San Francisco; y la celebración del don de nuestra vocación.

Nos habla de la formación, que debe ser exigente, especialmente al inicio del camino, y de la importancia de la formación permanente.

Y finalmente, nos descubre la idea de un proyecto de una entidad que comprenda Siria, el Líbano y Jordania, dependiente de la Custodia de Tierra Santa. Esta autonomía es una exigencia a causa de las dificultades que entrañan las fronteras y las distancias. No obstante, se deberá siempre cuidar la internacionalidad. La Orden mandará un especialista para estudiar esta propuesta junto a los frailes.

Después ha seguido un intercambio de opiniones sobre temas propuestos, comenzando por el de la entidad independiente: la mayoría ha expresado una opinión negativa, por la diferencias culturales, sociales, políticas, que son bastante grandes. Alguno en cambio ha propuesto crear dos entidades: una libanesa y la otra siria, para no depender de Siria, particularmente en situación de tensión entre los dos pueblos.

Se ha hablado de la cuestión de la formación permanente, que comprende incluso a los que se definen como “under ten”. También se ha hablado de la promoción vocacional, así como de la necesidad de colaboración entre las fraternidades.

El encuentro se termina con unas palabras del Custodio de agradecimiento, también en nombre de los frailes, al P. General y al Guardián de Beirut.

El último acto de esta jornada es un acto litúrgico: una concelebración eucarística nos une en la oración con la gente que frecuenta la Capilla, con las Hermanas que no han podido venir a Beirut la tarde anterior, y con algunas terciarias del convento de Beirut. La Santa Misa se ha celebrado en francés y latín, con el Padrenuestro cantado en árabe. La coral ha interpretado los cantos en árabe, italiano y latín.

Con palabras simples, el P. General manifiesta su alegría, como sucesor de San Francisco, de celebrar la Eucaristía con los cristianos del Líbano, para animarles a ser testigos, como lo fue San Francisco, llevando la Paz y el Amor a pesar de todas las dificultades de este nuestro tiempo.

Después de la Misa todos hemos sido invitados a un pequeño refrigerio.

Nosotros, frailes de Beirut, por prudencia, volvemos rápidamente al convento. No encontramos ninguna dificultad por la carretera. Todo está tranquilo. Mucho miedo, por nada.

Así termina para nosotros la importante e histórica vista del Ministro General, P. José M. Carballo, al que estamos muy agradecidos.

A MAYOR GLORIA DE CRISTO. AMEN

fra Joseph Costantin ofm