Estos días se encuentra en Tierra Santa fray Jan van den Eijnden ofm, ministro provincial holandés, que visita por primera vez los Santos Lugares, pudiendo de esta forma experimentar la condición tan particular de esta tierra y conocer de cerca la Custodia de Tierra Santa y sus actividades. «Se trata fundamentalmente de una visita fraterna – precisa fray Jan -, durante la que seré huésped de fray Louis Bohte, que desde hace años vive en Jerusalén y que, como yo, pertenece a la provincia holandesa de los Santos Mártires de Gorkum. Junto a fray Louis, que conoce bien la realidad local, tendré la posibilidad no solo de ver los lugares históricos y religiosos más importantes de nuestra fe cristiana, sino también de acercarme a la gente, conocer de cerca su vida cotidiana, sus problemas y sus esperanzas».
Una experiencia, por tanto, profunda que servirá por una parte para comprender mejor y de forma más realista una situación bastante compleja, de la que la televisión y la prensa ofrecen, con frecuencia, interpretaciones parciales o superficiales; y, por otra, hará que surjan nuevos interrogantes y nuevas incertidumbres, a las que no se puede encontrar aclaración de forma inmediata pero que empujan a una mayor reflexión y a una búsqueda más asidua del sentido de las cosas. «Mientras se recorre esta tierra y se observa todo lo que ocurre en ella – explica fray Jan – uno se vuelve consciente de hasta qué punto las personas están marcadas por el peso de una historia difícil y de un presente aún sufriente e irresoluto». Fray Louis, gracias también a su experiencia como presidente de la Comisión para la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación, acompaña al ministro en este fascinante recorrido, que es también un viaje interior.
En el transcurso de su visita, fray Jan ha tenido la ocasión de reunirse con el custodio, fray Pierbattista Pizzaballa. «El papel de los franciscanos en la conservación y en la animación litúrgica de muchos de los Santos Lugares es de fundamental importancia – sigue explicando el ministro holandés – y la figura del Custodio goza de gran autoridad en este contexto y en toda la Iglesia». A través del servicio litúrgico desarrollado por los franciscanos, los numerosos peregrinos que afluyen a Tierra Santa son ayudados y guiados para vivir y gozar plenamente de los lugares extraordinarios en los que se encuentran. Junto a esta obra litúrgica y pastoral fundamental, son muchas las iniciativas que tienen a los frailes franciscanos de Tierra Santa como protagonistas. Entre ellas, las actividades académicas y científicas, las educativas y escolares, las culturales y de promoción e integración social, las ecuménicas y encaminadas a favorecer el diálogo, etcétera; todas ellas llevadas a cabo por instituciones concretas bien consolidadas.
Un mundo rico en matices, posibilidades y contradicciones que, así lo deseamos, esta primera visita permitirá a fray Jan empezar a acoger, amar y conservar en el corazón su valor y misterio inmensos, en espera de un próximo y renovado encuentro.
Texto de Caterina Foppa Pedretti
Una experiencia, por tanto, profunda que servirá por una parte para comprender mejor y de forma más realista una situación bastante compleja, de la que la televisión y la prensa ofrecen, con frecuencia, interpretaciones parciales o superficiales; y, por otra, hará que surjan nuevos interrogantes y nuevas incertidumbres, a las que no se puede encontrar aclaración de forma inmediata pero que empujan a una mayor reflexión y a una búsqueda más asidua del sentido de las cosas. «Mientras se recorre esta tierra y se observa todo lo que ocurre en ella – explica fray Jan – uno se vuelve consciente de hasta qué punto las personas están marcadas por el peso de una historia difícil y de un presente aún sufriente e irresoluto». Fray Louis, gracias también a su experiencia como presidente de la Comisión para la Justicia, la Paz y la Integridad de la Creación, acompaña al ministro en este fascinante recorrido, que es también un viaje interior.
En el transcurso de su visita, fray Jan ha tenido la ocasión de reunirse con el custodio, fray Pierbattista Pizzaballa. «El papel de los franciscanos en la conservación y en la animación litúrgica de muchos de los Santos Lugares es de fundamental importancia – sigue explicando el ministro holandés – y la figura del Custodio goza de gran autoridad en este contexto y en toda la Iglesia». A través del servicio litúrgico desarrollado por los franciscanos, los numerosos peregrinos que afluyen a Tierra Santa son ayudados y guiados para vivir y gozar plenamente de los lugares extraordinarios en los que se encuentran. Junto a esta obra litúrgica y pastoral fundamental, son muchas las iniciativas que tienen a los frailes franciscanos de Tierra Santa como protagonistas. Entre ellas, las actividades académicas y científicas, las educativas y escolares, las culturales y de promoción e integración social, las ecuménicas y encaminadas a favorecer el diálogo, etcétera; todas ellas llevadas a cabo por instituciones concretas bien consolidadas.
Un mundo rico en matices, posibilidades y contradicciones que, así lo deseamos, esta primera visita permitirá a fray Jan empezar a acoger, amar y conservar en el corazón su valor y misterio inmensos, en espera de un próximo y renovado encuentro.
Texto de Caterina Foppa Pedretti