El lunes, 25 de diciembre, por la mañana, el Custodio de Tierra Santa y la Comunidad Franciscana de San Salvador han recibido la visita del Cardenal Leonardo Sandri, Prefecto de la Congragación para las Iglesias Orientales, llegado a Jerusalén el domingo por la tarde.
El Custodio le dedicó un saludo de bienvenida en la sala conventual de la comunidad, al que respondió el purpurado con estas calurosas palabras:"A lo largo de mis tres visitas anteriores a Tierra Santa, he podido descubrir el importantísimo rol que desempeña la Custodia, no solamente para los Santos Lugares, sino también para los cristianos de este país."
El Papa Benedicto XVI concedió a su Eminencia el Cardenal Sandri la púrpura cardenalicia en el Consistorio de 2007 y el 9 de Junio del mismo año pasado lo nombró Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales. Es su primera visita a Tierra Santa después de este nombramiento.
"El Papa sabe que estoy aquí y ha querido conceder una especial bendición para este viaje y manifestar su apoyo, no solamente a las Iglesias Orientales sino a toda la Iglesia presente en Tierra Santa."
El Cardenal ha insistido en la gratitud del Santo Padre y suya propia por el trabajo realizado por la Custodia a la que le ha asegurado su total apoyo, al frente de la Congregación, para que continúe la solidaridad desde todo el mundo a las obras que se realizan. "El Santo Padre, y yo mismo, somos muy conscientes de que sin vuestra presencia, no exenta de dificultades, la Tierra Santa no mostraría el rostro que hoy puede mostrar y tampoco se hubiera podido mantener la comunidad de los cristianos locales".
El Cardenal estaba rodeado de sus colaboradores más cercanos y, también, del Nuncio y Delegado Apostólico Mons. Antonio Franco.
Su Eminencia ha ofrecido al Custodio una medalla conmemorativa del Pontificado de Benedicto XVI y, a cada hermano presente, una imagen de la Virgen María, acompañada de una oración por la paz. Por su parte, el hermano Pierbattista, en nombre de la Custodia, ha ofrecido al Prefecto dos recuerdos labrados en nácar.
Para terminar este fraternal intercambio, el Cardenal ha subido a la terraza del convento, pudiendo disfrutar de la magnifica vista sobre la Ciudad Antigua y sus alrededores.
Por la tarde, la cita ha sido en el Santo Sepulcro con la entrada solemne del purpurado.
MAB
El Custodio le dedicó un saludo de bienvenida en la sala conventual de la comunidad, al que respondió el purpurado con estas calurosas palabras:"A lo largo de mis tres visitas anteriores a Tierra Santa, he podido descubrir el importantísimo rol que desempeña la Custodia, no solamente para los Santos Lugares, sino también para los cristianos de este país."
El Papa Benedicto XVI concedió a su Eminencia el Cardenal Sandri la púrpura cardenalicia en el Consistorio de 2007 y el 9 de Junio del mismo año pasado lo nombró Prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales. Es su primera visita a Tierra Santa después de este nombramiento.
"El Papa sabe que estoy aquí y ha querido conceder una especial bendición para este viaje y manifestar su apoyo, no solamente a las Iglesias Orientales sino a toda la Iglesia presente en Tierra Santa."
El Cardenal ha insistido en la gratitud del Santo Padre y suya propia por el trabajo realizado por la Custodia a la que le ha asegurado su total apoyo, al frente de la Congregación, para que continúe la solidaridad desde todo el mundo a las obras que se realizan. "El Santo Padre, y yo mismo, somos muy conscientes de que sin vuestra presencia, no exenta de dificultades, la Tierra Santa no mostraría el rostro que hoy puede mostrar y tampoco se hubiera podido mantener la comunidad de los cristianos locales".
El Cardenal estaba rodeado de sus colaboradores más cercanos y, también, del Nuncio y Delegado Apostólico Mons. Antonio Franco.
Su Eminencia ha ofrecido al Custodio una medalla conmemorativa del Pontificado de Benedicto XVI y, a cada hermano presente, una imagen de la Virgen María, acompañada de una oración por la paz. Por su parte, el hermano Pierbattista, en nombre de la Custodia, ha ofrecido al Prefecto dos recuerdos labrados en nácar.
Para terminar este fraternal intercambio, el Cardenal ha subido a la terraza del convento, pudiendo disfrutar de la magnifica vista sobre la Ciudad Antigua y sus alrededores.
Por la tarde, la cita ha sido en el Santo Sepulcro con la entrada solemne del purpurado.
MAB