En el corazón de la cristiandad se hallaba reunido todo el mundo. En un evento que se recordará en la historia, el 22 de marzo se ha celebrado el final de las obras de restauración del Edículo del Santo Sepulcro. Dentro de los sagrados muros para los cristianos de todas las denominaciones, en el lugar donde Jesús resucitó, una ceremonia ecuménica ha inaugurado el nuevo Edículo. Solo hace un año de la firma del acuerdo entre greco-ortodoxos, católicos y armenios para emprender las obras, pero hoy ya es posible contemplar los resultados. Entre las autoridades políticas y religiosas asistentes más importantes se encontraba el primer ministro de Grecia, Alexis Tsipras, además de los cónsules generales de Grecia, Bélgica, Suecia, Estados Unidos, España, Italia, Francia, Turquía, Hungría y el embajador de Armenia en Israel. Los cantos de griegos, franciscanos y armenios se alternaban con los discursos de las autoridades.
El Patriarca greco-ortodoxo Teófilo ha subrayado el significado ecuménico de la celebración, afirmando que las iglesias han demostrado compartir la misma unidad de intenciones. «Esta unidad de intenciones es un signo de esperanza para las generaciones futuras», decía el Patriarca.
«El sepulcro vacío es el lugar donde físicamente comenzó una nueva creación, un mundo nuevo, en el luminoso instante en que Jesús resucitó – ha manifestado por su parte el Custodio de Tierra Santa fray Francesco Patton -. Haber podido realizar estas obras de conservación, restauración y rehabilitación del Edículo del Santo Sepulcro gracias a la colaboración de nuestras tres comunidades tiene también un valor añadido: es el signo de un crecimiento significativo de relaciones fraternas entre nosotros y entre nuestras comunidades, como muestra de confianza y colaboración recíproca».
El obispo armenio Nourhan Manougian ha hablado también de la necesidad de actuar según el mandamiento del amor de Jesús. Sorprendentemente, Manougian ha pedido al Patriarca greco-ortodoxo y al Custodio de Tierra Santa considerar la posibilidad de conceder también a las cinco Iglesias presentes en Tierra Santa que puedan celebrar dentro del Santo Sepulcro. El administrador apostólico del Patriarcado latino Pierbattista Pizzaballa ha expresado su asombro y su alegría por el éxito de las obras. «Muchos no habrían creído posible llegar hasta aquí. Pero el Evangelio nos dice que nada es imposible para Dios. Esta aparente misión imposible se ha hecho posible porque hemos permitido a Dios iluminar nuestros pensamientos, nuestros ojos, nuestras relaciones. […] Hoy las Iglesias de Jerusalén, con la restauración material de esta construcción, están poniendo aceite y bálsamo a las ruinas que contenían el cuerpo de Cristo».
Asistía también Su Santidad el Patriarca ecuménico Bartolomé, que ha intervenido con un discurso de agradecimiento. El nuncio apostólico en Israel y delegado apostólico en Jerusalén y Palestina monseñor Giuseppe Lazzarotto ha leído a continuación el mensaje del cardenal Sandri, prefecto para la congregación de las iglesias orientales: «En nombre del Papa Francisco, quiero expresar nuestra gratitud fraterna a todos los que han contribuido a estas obras de restauración y, en especial, a aquellos que viven y cuidan este santuario, por su testimonio de fe».
También ha llegado un mensaje del Patriarca de todos los armenios Su Santidad Karekin II: «La unidad de las iglesias en las actividades de restauración es un testimonio significativo de la solidaridad y de la colaboración, de acuerdo con el mandamiento del amor y de la unidad cristianos».
La segunda parte de la inauguración se ha llevado a cabo después dentro del patriarcado greco-ortodoxo donde la profesora Antonia Moropoulou de la Universidad técnica de Atenas, que ha dirigido la restauración, ha presentado las obras realizadas hasta el momento. Los trabajos de restauración han afectado al Edículo del Santo Sepulcro que se ha estabilizado y limpiado. El Edículo se construyó después de que un incendio en 1808 destruyera la estructura anterior, pero fue dañado en 1927 por un fuerte terremoto. Los ingleses, unos meses antes de que terminase su mandato en Palestina, decidieron rodear el edificio con vigas de hierro para evitar su derrumbe. El acuerdo entre las Iglesias ha hecho posible la restauración, ha explicado Moropoulou, permitiendo realizar intervenciones para estabilizar la construcción y, de esa forma, poder retirar las “muletas” de hierro. Otro problema en el que se ha trabajado (y se continuará haciéndolo) es la humedad que procede del suelo y que deforma los materiales, también a causa de la lluvia que se filtra en la basílica. Durante las obras se ha producido un descubrimiento sorprendente, al retirarse las losas del sepulcro de Jesús. El descubrimiento de la roca original ha emocionado y entusiasmado tanto a fieles como a estudiosos.
La profesora Mouropoulou ha anunciado que las obras del Santo Sepulcro no terminarán sino que continuarán próximamente, gracias también a la contribución de 500.000 dólares que ha ofrecido la Santa Sede. En todo momento se han respetado los intentos originales de mantener la integridad de la estructura, de mantener sus valores y su sostenibilidad. El Santo Sepulcro habla a los hombres de todos los tiempos y “nuestra restauración tan solo ha amplificado esa voz”, ha concluido Moropoulou.
El primer ministro de Grecia Alexis Tsipras ha pronunciado a continuación un discurso de bienvenida.
«Este año celebraremos la Pascua el mismo día y esto es señal de que quizá en el futuro podremos celebrarla juntos», afirmaba en el marco del evento el Custodio de Tierra Santa fray Patton. «El significado del día de hoy es unidad, colaboración, cooperación – comentaba el Patriarca Bartolomé -. Estamos muy contentos de que greco-ortodoxos, católicos y armenios hayan decidido unirse para restaurar el Santo Sepulcro. Invocamos la gracia de nuestro Señor sobre todo el mundo y rezamos por la paz y la unidad».
Beatrice Guarrera