Una lente de aumento, un libro sobre marcas y sellos, un experto en orfebrería sagrada... todo esto se podía encontrar en abril de 2016 en San Salvador. Giovanni Boraccesi, experto en platería religiosa, ha pasado diez días analizando los objetos litúrgicos de la Custodia. «La mayor parte no se había estudiado nunca. Puedo añadir algunas informaciones, ¡aunque se necesitaría una vida entera para estudiar todas las marcas!», nos explica.
«Las marcas nos permiten conocer su origen, el autor y el gremio del que formaba parte. A veces están acompañadas del año y de una dedicación». Cuando no hay sello ni marca, el estilo del objeto permite reconocer su procedencia y la época, como este coral de bronce, típico de Trapani, en Sicilia. Evidentemente, es necesario ser un experto para saberlo.
En cuando a los ornamentos litúrgicos, María Pía Pattinau Vescina ha venido un par de veces para estudiar algunos tejidos. Además, está en curso un proyecto de catalogación de bordados, tejidos y talles que, por su calidad y conservación, hacen las delicias de los especialistas.
Además de su valor intrínseco, los objetos realizados en los distintos países europeos testimonian la importancia de la Ciudad Santa y del cristianismo en la historia. «Los intereses del mundo entero convergen en Jerusalén y nuestro patrimonio es la prueba de ello», subraya fray Stéphane. Con frecuencia los objetos llevan el escudo de la familia donante, además de otros signos que identifican al destinatario, como la cruz de Jerusalén. Las obras representan estilos artísticos y diferentes lugares de procedencia. Todo ello atrae la atención de los museos de todo el mundo.
«Por cuenta de la Custodia, la Oficina de Bienes culturales gestiona también las exposiciones», explica fray Stéphane. Todo empezó con la exposición en el museo de Versalles en 2013 (1). «Gracias al inventario, hemos podido colaborar activamente en este iniciativa museística, que permitió darnos a conocer. Ahora tenemos cada vez más peticiones. También estas exposiciones son un instrumento eficaz para conocer el trabajo de los franciscanos en Tierra Santa». Entre las exposiciones hay que destacar las de «El arte de Francisco» en Florencia (2) y «El barroco del Santo Sepulcro», organizada en Lugano por la Galería Canesso (3). Los beneficios económicos de esta exposición sirvieron para restaura el cuadro de la Resurrección de Cristo de Paolo de Matteis, colocado en el edículo del Santo Sepulcro (véase nuestro artículo: http://es.custodia.org/default.asp?id=784&ricerca=De+Matteis&id_n=28017).
«La Oficina de Bienes culturales no dispone de presupuesto porque todos los donativos recibidos en la Custodia se destinan a las “piedras vivas”, es decir a los cristianos locales. Es verdad que, colaborando con algunos museos, nos beneficiamos de la experiencia y conocimiento de personas expertas, que restauran los objetos antes de exponerlos y publicarlos en el catálogo de las exposiciones. Esto nos permite tener información publicada sobre nuestros bienes culturales, beneficiándonos de restauraciones hechas de forma gratuita. Gracias a la conservación del patrimonio, los expertos son muy generosos donando a la Custodia su patrimonio intelectual».
Con esta solución, el espíritu de pobreza franciscana queda a salvo: los frailes no gastan grandes sumas, pero cuidan y restauran, poco a poco, el patrimonio de la Custodia.
Expertos procedentes de todo el mundo se acercan hasta San Salvador para estudiar o restaurar obras. Un capitel de la basílica cruzada de Nazaret se está restaurando para ser expuesto en el Metropolitan Museum di New York (4). En París, el Instituto del Mundo Árabe está organizando una exposición sobre el mundo árabe cristiano.
Conscientes de la importancia de estas relaciones con los museos, la Custodia ha enviado a uno de sus frailes, fray Harut, a estudiar Museografía a Nueva York.
Los objetos litúrgicos, llegados de todo el mundo a Jerusalén y los santos lugares, viajan ahora a distintas partes del globo para dar testimonio del arte dirigido a Dios. Aparte de esta misión, el resto del tiempo su papel es el de embellecer los santuarios.
(1) «Tesoro del Santo Sepulcro. Regalos de las cortes europeas a Jerusalén». Palacio de Versalles y Casa de Chateaubriand de Châtenay-Malabry. 16 de abril-14 de julio de 2013
(2) «El arte de Francisco. Obras maestras del arte italiano y las tierras de Asia, siglos XIII-XV». Florencia, Galería de la Academia. 31 de marzo-11 de octubre de 2015.
(3) «Barroco del Santo Sepulcro. La imagen de Jerusalén en los Prealpes». Lugano, Galeria Canesso. 11 de abril-1 de junio de 2014.
(4) «Jerusalén 1000-1400: Todos los pueblos bajo el cielo». Nueva York, The Metropolitan Museum of Art. 20 de septiembre de 2016 - 8 de enero de 2017.