El fresco sobre el ábside de la iglesia de Betfagé representa la entrada de Jesús en Jerusalén. Es una iglesia pequeña, en el Monte de los Olivos, que se llena cada año la víspera del Domingo de Ramos solo para recordar ese acontecimiento. Ha presidido la misa del 8 de abril fray Ramsi Sidawi, tesorero custodial, junto a otros frailes franciscanos de la Custodia.
Fray Matteo Munari del Studium Biblicum Franciscanum decía en su homilía que Betfagé, del arameo “Betfaghè” quiere decir “la casa de los frutos verdes”: «Esto significa que en este lugar hay una profecía sobre la amargura con la que Jerusalén acogerá a Jesús». Los habitantes de Jerusalén y los fariseos, de hecho, se niegan a acogerle. «Aparte de ellos, sin embargo, hay también una multitud llena de alegría que le acompaña y que da la bienvenida a Jesús – continuaba el fraile -. La multitud tiene muchas esperanzas puestas en él, no es la misma que unos días más tarde gritará “Crucifícalo”. Los que reciben a Jesús son los discípulos y los peregrinos que le siguen desde Galilea, que se han beneficiado del ministerio de Jesús». Se trata de los ciegos y lisiados curados, de los pecadores perdonados.
«Preparémonos para vivir la Semana Santa, tratando de dejar a un lado la amargura que es parte de nuestra vida, que nos lleva a rechazar a Jesús porque nos incomoda y nos pide cambiar de vida – concluía en la homilía fray Matteo Munari -. Queremos aclamar a Jesús diciendo Hosanna, Señor, Salvanos».
Huda y Rasha viven cerca del santuario de Betfagé y cada año asisten a la misa del sábado y a la procesión del Domingo de Ramos. «Somos sesenta y nueve familias católicas aquí», explica Rasha. Las dos hermanas cuentan que cada año muchos fieles acuden a Betfagé para recordar la entrada de Jesús, aclamado como Salvador por los discípulos. «Para este lugar, el sábado y el Domingo de Ramos son los momentos más importantes del año».
El guardián de Betfagé fray Aquilino Castillo Álvarez, también animador vocacional de la Custodia, recibe a todos con una sonrisa y les invita a comer falafel, hummus y pitas, que se ofrecen en una sala del convento: «Sois todos bienvenidos mañana a la procesión de los Ramos».
Beatrice Guarrera