Solemnidad de la Inmaculada Concepción en Jerusalén | Custodia Terrae Sanctae

Solemnidad de la Inmaculada Concepción en Jerusalén

En Jerusalén, como en otras partes del mundo,la solemnidad de la Inmaculada Concepción de Maríase celebróel 9 de diciembre. En esta ocasión, uno de los tres nuevos sacerdotes, el secretario de la Custodia de Tierra Santa, fray Marco Carrara, presidió la solemne santa misa.

El motivo de desplazarla un día está en la precedencia litúrgica del domingo de Adviento sobre esta solemnidad.  La solemnidad está profundamente arraigada en la espiritualidad de los Frailes Menores, que fueron los principales propagadores del culto y la doctrina de la Inmaculada Concepción, cuya fiesta fue aprobada por el papa Sixto IV en 1447.

Este día de fiesta, fue el Custodio de Tierra Santa, concelebrante, quien comentó las lecturas y el evangelio de la solemnidad de la Inmaculada.  Se centró en tres puntos: el misterio de la vocación de María, las dudas y preguntas de María, y su aceptación final.
El Custodio subrayó que el saludo del arcángel Gabriel “alégrate llena de gracia, el Señor está contigo”, es el núcleo y la síntesis del dogma de la Inmaculada Concepción de María, llena desde siempre y para siempre, de modo pleno y permanente, de la gracia de Dios. “En el relato de Lucas”, continuó el Custodio, “María es una joven que muestra turbación ante lo que se le dice, que expone sus dudas y plantea preguntas.  Siempre existe turbación en las historias de vocación, señal de que somos conscientes de la grandeza de lo que Dios nos está pidiendo”.  Tras esta turbación, lo único que ella responde es “aquí estoy”.  Fray Patton lo resume identificándolo con el deseo de hacerse don para los hermanos diciendo a Dios “estoy a tu disposición con sueños, deseos, dudas y turbación, límites y preguntas que pongo en tus manos”, para poder así devolver a Dios los grandes dones recibidos.

La celebración solemne terminó con unas palabras de fray Marco Carrara, que deseó a todos “continuar celebrando esta fiesta todos los días, en este ambiente familiar de afecto y cercanía fraterna”.

Giovanni Malaspina