«El que encuentra la cruz de Jesús, encuentra la vida» – Fiesta de la Invención de la Santa Cruz | Custodia Terrae Sanctae

«El que encuentra la cruz de Jesús, encuentra la vida» – Fiesta de la Invención de la Santa Cruz

Jerusalén es el lugar de todos los milagros, y este fue uno de ellos. Cada año, el 7 de mayo, la Iglesia de Jerusalén celebra con fasto la Invención de la Santa Cruz. Aunque en 1960 esta fiesta fue suprimida del calendario romano general por el papa Juan XXIII, siempre se ha celebrado en el lugar donde la emperatriz Elena, madre de Constantino, encontró la Vera Cruz, en la que Cristo fue clavado y murió. Etimológicamente, «invención» significa «descubrimiento». La capilla actual, completamente adornada en rojo y dorado para la ocasión, es una antigua cavidad excavada en la roca, situada solo a algunos metros del monte Calvario. La tradición cuenta que los instrumentos de la Pasión fueron arrojados allí después de depositar a Cristo en el sepulcro. Y fue allí donde, tres siglos más tarde, en 327, la reina santa encontró estas preciosas reliquias, enterradas en el suelo. Durante el Oficio de la mañana o vigilia, a primera hora de este lunes 7 de mayo, la lectura patrística recordaba este milagro. El fragmento de la Historia de la Iglesia de San Rufino narraba así cómo la curación de una mujer permitió reconocer la Vera Cruz entre las tres encontradas, siendo las otras dos las de los ladrones crucificados junto a Jesús.

Durante la misa, el padre Custodio, Francesco Patton, recordó en su homilía que «el que encuentra la cruz de Cristo, encuentra la vida». Refiriéndose a la primera lectura, comparó «la ambición, el rencor, la envidia, el deseo de venganza, la ambición, el deseo de poseer las cosas e incluso a las personas, lo que el papa Francisco llama la “cultura del descarte”», con las serpientes que atacaron a los hebreos en el desierto, mientras clamaban contra Dios. Igual que los hebreos vieron a la serpiente salir del bastón de Moisés para conservar la vida, «es bueno que aprendamos a alzar la mirada, que aprendamos a buscar la única medicina que puede curarnos, que es Cristo elevado en la Cruz, Jesús que nos fue dado por el Padre y se entregó a Sí mismo por amor a nosotros», añadió el Custodio. Mientras que el Viernes Santo se conmemora la dolorosa Pasión de Cristo y su muerte, la fiesta de la Invención de la Cruz, en el tiempo pascual, recuerda que la cruz es fuente de vida eterna. Así, el Custodio concluyó recordando que «No se trata de buscar sufrimientos inútiles, sino de contemplar ante todo el amor gratuito y extremo con el que Jesús nos salva y aprender de Jesús a transformar en amor todo lo que nos causa problemas, malestar y dolor. Este es el único modo de dar sentido al mismo sufrimiento que forma parte de nuestra existencia». Al final de la misa, la reliquia de la Vera Cruz, que presidía el altar de la capilla durante los dos días de celebraciones, fue llevada en procesión y, siguiendo la tradición, dio tres vueltas alrededor del edículo del Santo Sepulcro, recordando que la muerte no tiene la última palabra. Finalmente, la reliquia se ofreció a la veneración de los fieles.
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