El 26 de enero de 2024 se inauguró en Nicosia la nueva sede de la nunciatura apostólica de Chipre, en presencia del arzobispo Edgar Peña Parra, sustituto de la Secretaria de Estado, del arzobispo Giovanni Pietro Dal Toso, nuncio apostólico en Jordania y Chipre. Monseñor Mauro Lalli, responsable de Asuntos Exteriores para Chipre, fray Bruno Varriano, vicario patriarcal, y de numerosas autoridades civiles y religiosas de la isla. A la ceremonia asistió también el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patron.
La nunciatura apostólica en Chipre
La delegación apostólica, instaurada en Chipre en 1948, se convirtió en nunciatura en 1973 y residía en la sede de los franciscanos, en el convento adyacente a la iglesia latina de la Santa Cruz de Nicosia, única parroquia de rito latino de la capital. Aquí, entre otras cosas, se alojó el papa Francisco durante su visita en 2021 y antes que él también Benedicto XVI, primer Papa en la historia que pisó la isla.
Desde hace aproximadamente un año, la nunciatura tiene su sede independiente, que se inauguró ayer.
«La inauguración definitiva de una sede independiente de la nunciatura – aclara el Custodio de Tierra Santa – muestra la creciente relevancia de la Iglesia católica y su importancia para Chipre, considerada desde la perspectiva más amplia de los cambios que se han producido en la isla en los últimos tiempos. De hecho, durante mucho tiempo el delegado del Custodio de Tierra Santa en Chipre era también el vicario patriarcal y desempeñaba simultáneamente las funciones de secretario de la nunciatura, mientras que en la actualidad son tres figuras distintas».
«Ahora, con la apertura de la nueva nunciatura, junto con la presencia del diplomático de la Santa Sede, monseñor Mauro Lalli como responsable de Asuntos Exteriores y del vicario patriarcal fray Bruno Varriano – recientemente nombrado obispo auxiliar de Chipre por el Papa – los frailes han vuelto a dedicarse a sus principales y exclusivas misiones en la isla, vinculadas a la pastoral en las parroquias latinas de la isla, a la atención pastoral a los inmigrantes y refugiados, y a la educación a través de la escuela de Tierra Santa, que es la escuela más antigua de la isla. Comprometidos desde siempre en combatir la pobreza y el abandono a través de su función educativa, su labor pastoral es fundamental en este momento histórico en que se observa un notable aumento de las comunidades, gracias a la presencia de muchos emigrantes y refugiados».
Al servicio de la fraternidad humana
«Una casa de encuentro, fraternidad y esperanza, un tesoro de diálogo, caridad y paz» – afirmó monseñor Peña Parra, reemplazo de la Secretaria de Estado, que dirigió a los presentes su «caluroso» saludo de parte del Pontífice. «La nunciatura es la “casa del Papa” en un determinado país y, como tal, está llamada a fomentar un clima de familiaridad y fraternidad».
«En su discurso – subrayó fray Francesco Patton – monseñor Peña Parra ha recordado que toda nunciatura debe ser “un centro donde se promueva la fraternidad humana”: este es especialmente importante en esta isla, afectada desde hace casi veinte años por una migración masiva y donde el número de refugiados en proporción a la población local alcanza el valor más alto comparado con la media europea».
Silvia Giuliano
Photo credits © Salpy E. Weiderud Cyprus
