Eran aproximadamente setenta los jóvenes reunidos en el Terra Santa College de Ammanel 10 de febrero.
Jóvenes en busca de Dios, en busca del agua de sacia de verdad. Lo cuenta fray Ayman Batesh ), uno de los seminaristas de la Custodia de Tierra Santa que ha participado en el encuentro como apoyo, junto a otros tres seminaristas. Un pequeño grupo de San Salvador y de Ain Karem contribuyó a animar la jornada, junto con el vicepárroco de Santa Catalina en Belén, fray Emad Rofael. El guardián de la hermandad de Amman y animador de la pastoral juvenil, fray Feras Hejazin, dirigió el encuentro destinado a los jóvenes que también han participado en las últimas cinco ediciones de la Marcha Franciscana jordana.
A las 9:30 de la mañana se reunieron para los primeros momentos de acogida, el desayuno y entonar cantos de alegría. Después, se desarrolló el tema de la jornada que se centró en la escucha de Dios y la sed de palabras de verdad. «Nosotros los jóvenes tenemos dificultad para escuchar la voz de Dios. A menudo no escuchamos lo que Él nos dice ni las voces que nos guían – expresaba fray Ayman-. A menudo estamos perdidos en el camino de la vida, nos encerramos en nosotros mismos y esto no nos deja ser fieles. Esto no permite que nuestra vida dé frutos de paz y amor». Para entrar de lleno en el tema de la jornada, fray Feras planteó a los jóvenes cuatro preguntas:
1. ¿Qué nos impide escuchar la voz de Dios?
2. ¿De qué tenemos sed realmente?
3. ¿Qué podemos hacer para ayudarnos a escuchar?
4. ¿Cómo podemos orientar a este grupo de jóvenes en la búsqueda de Dios?
El entusiasmo de los muchos jóvenes presentes fue la primera respuesta a estas preguntas: a pesar de las dificultades cotidianas, en cada uno de ellos se mantiene el deseo de no pararse en el mundo material, la voluntad de buscar a Aquel que da la vida. Nour Haddad, un muchacho de Amman, decía: «Este encuentro ha sido importante porque nos ha enseñado cómo podemos convivir con la realidad en la que vivimos con dignidad y amor, siguiendo la espiritualidad de San Francisco». «Sin este encuentro con los jóvenes sentiría que en mi vida falta algo – expresaba una joven de nombre Reem -. Yo vengo aquí para hablar, compartir y discutir cuestiones que no pueden discutirse en ningún otro sitio, para escuchar otras experiencias».
Cultivar la relación personal con Dios y con los demás chicos: este es un aspecto positivo adicional para los jóvenes. «El encuentro de los jóvenes es importante también porque despierta el afecto entre nosotros, en un ambiente agradable entre todos los participantes – continuaba Nour Haddad -. Aquí escuchamos la palabra de Dios que nos devuelve siempre a su camino, aunque a veces le demos la espalda a su mensaje». Al final de la jornada el grupo de jóvenes, con la intervención de fray Feras, decidieron que se reunirán una vez al mes para servir de apoyo a la vida espiritual de los muchachos. «Me gustaría que pudiésemos vivir siempre las experiencias que hemos vivido hoy: nos dan fuerza para continuar en el camino de Dios y para llevar nuestra cruz con alegría y amor – concluía el joven -. El padre Hijazin quiere convocar una reunión mensual con los jóvenes, con una misa y tiempo para las confesiones, algo que necesitamos verdaderamente, especialmente en el periodo particular de crisis en el que estamos viviendo. Nos hace falta volver a las fuentes, descubrirnos a nosotros mismos, para que la gracia de Dios pueda estar presente en nuestras vidas».
Beatrice Guarrera
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