Discursos, café y cordialidad: a pocos días de la Pascua, los jefes de las iglesias de Jerusalén se han reunido como cada año para intercambiarse felicitaciones. El 18 y 19 de abril las sedes de las iglesias abrían sus puertas para recibir a las diferentes delegaciones, siguiendo una agenda de citas bastante apretada. Entre dulces y bebidas, charlas informales y apretones de manos oficiales, compartir la alegría de la Pascua unía a las iglesias cristianas.
«Oramos y esperamos que el mensaje de paz y reconciliación que nos ha traído la Pascua alcance profundamente el corazón de los hombres de Oriente Medio y del mundo», decía el custodio de Tierra Santa en el patriarcado greco-ortodoxo. En la reunión también se elogiaba la colaboración mutua para la realización de la restauración del Edículo del Santo Sepulcro, como señalaba el patriarca griego Teófilo III: «este proyecto ha sido un gran símbolo de unidad entre nosotros». Lo mismo se reiteraba al final de la mañana, cuando los griegos ortodoxos han devuelto la visita a los franciscanos, acercándose a la sala del diván (sala de recibimiento) del convento de San Salvador. «Como una familia, hoy podemos proclamar la resurrección de Jesús con una sola voz», continuaba Teófilo. Dobles encuentros entre las comunidad a lo largo de pocas horas, por tanto, debido a la “providencial coincidencia” de haber celebrado la Pascua el mismo día. Así, para intercambiar felicitaciones recíprocas, las visitas se han llevado a cabo el mismo día y el siguiente. Esto no ocurría desde 2014 y la próxima vez será ya en 2025.
Con motivo de la felicitación a la iglesia copta, fray Francesco Patton quiso expresar su solidaridad por los ataques producidos en Egipto el Domingo de Ramos. «Sabemos que la sangre de los mártires es la semilla de la Iglesia. Esperamos de corazón que la próxima visita del Papa Francisco al Papa Teodoro sea un signo concreto de la cercanía de la Iglesia católica a la Iglesia copta». El obispo copto AnbaAntonius se hacía eco de estas palabras: «Será un encuentro importante. El Papa Teodoro ama a todas las iglesias y reza siempre por que un día podamos convertirnos en una sola iglesia».
Con loskawas a la cabeza anunciando la procesión, los frailes franciscanos se dirigían a continuación a la sede de los etíopes. Los miembros de la iglesia etíope han respondido con alegría a los deseos del Custodio de Feliz y santa Pascua, a través de las palabras del obispo Abune Matías I. «Juntos somos testigos del poder de la resurrección de Cristo», continuaba en la misma línea el custodio fray Patton, cuando al día siguiente acogía en San Salvador a los jefes de la iglesia etíope.
También en la reunión con la iglesia siria ortodoxa el ambiente era de mucha cordialidad. El obispo sirio SweriosMalki Murad deseaba a la delegación de franciscanos, compuesta en su mayoría por jóvenes seminaristas: «Esperamos veros a todos en el futuro convertidos en obispos y cardenales». «Queremos expresar nuestra cercanía a los hermanos y hermanas que están sufriendo por la violencia y la guerra, especialmente en Siria, Irak y, en estos últimos días, en Egipto», decía, tras las felicitaciones, el custodio de Tierra Santa fray Francesco Patton.
El administrador apostólico del Patriarcado Latino, PierbattistaPizzaballaha querido también desear una feliz Pascua en su visita a los franciscanos. Les ha agradecido sutestimonio y su servicio en Tierra Santa, recordando al fundador de su orden: «Los hijos de Francisco están enamorados, como su padre, de la humanidad de Jesús y son anunciadores apasionados de su encarnación, sin la cual no podría existir la resurrección. Que vuestra vida siga siendo un anuncio del amor de Dios». Asistía también el obispo griego-católico Joseph Jules Zerey. Ya el 12 de abril los frailes de la Custodia habían ido al Patriarcado Latino para las tradicionales felicitaciones, asegurando a Pizzaballa – como ha dicho fray Francesco Patton – «la colaboración y las oraciones por su ministerio».
El 19 fue el turno de la comunidad armenia: «Trabajamos juntos por la fe y debemos ser un ejemplo para los demás cristianos» afirmaba el patriarca NurhanManougian en la sala del convento de San Salvador. En el espléndido salón del Patriarcado armenio, por la tarde, el custodio de Tierra Santa expresaba su alegría por estar allí y recordaba que «solo gracias a la resurrección es posible una nueva humanidad».
Aún cercanía y solidaridad el 19 de abril por la tarde para los hermanos de las iglesias copta y siria que visitaban a los franciscanos. Fray Pattonles aseguraba la oración por la paz, y por los muertos y heridos en los atentados. El obispo copto afirmaba: «Consideramos estas reuniones como encuentros de caridad y nos alegra que todo el mundo entienda el mensaje de Jesús resucitado, un mensaje de caridad y amor para todos los hombres».
Beatrice Guarrera