En las paredes del pasillo hay grandes cristaleras que dan a las clases, cuyas ventanas, a su vez, dan al exterior. Esta «fuente de luz» contrasta con el lugar escondido del edificio, que se encuentra en el interior de la ciudad vieja de Jerusalén.
Se puede acceder al Terra Sancta High School de Jerusalén desde la Puerta de Damasco y desde la Puerta Nueva, atravesando el patio del convento de San Salvador, sede de la Custodia de Tierra Santa.
La escuela está situada en uno de los rincones más característicos de Jerusalén, junto a la zona comercial de la ciudad vieja, la Puerta de Damasco.
Hoy, la escuela franciscana, al servicio de los habitantes de la ciudad vieja, es frecuenta por 371 alumnos. La mayor parte de ellos proceden del centro histórico; otros, de las zonas periféricas de Jerusalén.
Esta escuela tiene una historia que no es ciertamente sencilla, según fray Ramzi Sidawi, director de la escuela y originario de Jerusalén. «La escuela ha vivido todas las guerras conocidas de la ciudad. Ha tenido que trasladarse a varios edificios. Inicialmente, la escuela estaba ubicada en Jerusalén Oeste, junto a la actual Gran Sinagoga, junto a la Puerta de Jafa. Con la reestructuración del edificio, en 1959, la escuela se transfirió a la propiedad del convento. Hoy acoge a estudiantes desde los 5 hasta los 18 años.
En sus orígenes, las escuelas de Tierra Santa -en toda Tierra Santa, tanto en Israel como en Palestina-, fueron fundadas para los cristianos. Con el tiempo se admitieron también estudiantes de otras religiones. «Son muchos los musulmanes que vienen aquí, porque las escuelas cristianas son famosos por la educación que ofrecen».
Ante la inestabilidad de la ciudad, las familias y el personal docente han aprendido a vivir con la situación cotidiana y la va hacia adelante con prudencia, a pesar de las dificultades que el futuro reserva a los estudiantes.
«¿Cuáles son nuestros objetivos? Desarrollar el programa académico en condiciones óptimas. Cuando cambia el contenido, el modo de educar y formar debe cambiar también, siendo más interactivo para abrirse al mundo. Actualmente estamos reestructurando una parte de la escuela para crear más aulas y ofrecer más comodidad a los alumnos, profesores y a la Dirección. Vamos por el buen camino».
Después de horas de las horas de trabajo, la escuela se transforma en un centro social en donde los jóvenes pueden jugar y adonde las familias vienen para tomar el aire y reunirse. «En los períodos difíciles, las personas buscan un lugar donde relajarse, jugar y dialogar», dice fray Ramzi.
La atmósfera en el patio del colegio está muy animada. En un campo de juego hay un partido de voleibol. Para acceder al segundo campo hay que atravesar una puerta vigilada por tres pequeños guardianes para que los mayores no entren. Luz verde, ¡podemos entrar! El fraile y sus huéspedes son bienvenidos. Después, la mirada de los pequeños guardianes se vuelve severa y atenta, para poner en guardia a quien ose acercarse a la puerta.
La escuela sigue el sistema pedagógico Tawyihi. «En la escuela se enseña también el hebreo, lengua indispensable hoy para la vida cotidiana». Son cada vez más las personas que aprenden hebreo, lengua usada por los palestinos de Jerusalén en la burocracia y el trabajo. Así, en esta escuela -situada en el corazón de la riqueza cultural de la ciudad, pero también de los tormentos políticos de su historia- se forman los estudiantes que afrontarán el futuro adaptándose a las exigencias del presente.
Nombre: Terra Sancta High School - Jerusalén
Nombre del director: fray Ramzi Sidawi
Ciudad: Jerusalén
Sitio internet: www.tscjerusalem.org
Número de estudiantes: 371
Número de trabajadores: 42
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