Proteger, custodiar, restaurar: los santuarios de la Custodia de Tierra Santa | Custodia Terrae Sanctae

Proteger, custodiar, restaurar: los santuarios de la Custodia de Tierra Santa

Continúa la formación trienal en el convento de San Salvador de Jerusalén. El 3 de noviembre la curia custodial albergó un encuentro formativo dirigido a los sacristanes, trabajadores de los santuarios, animadores espirituales de peregrinos y al Franciscan Pilgrim Office (Oficina Franciscana de Peregrinaciones).

Una oración introductoria conjunta llevó a los asistentes a reflexionar sobre la importancia de su trabajo para ofrecer a los peregrinos una experiencia de fe sencilla. Fray Marcelo Ariel Cichinelli, responsable de formación permanente y organizador del encuentro, recordó en su presentación el tema central: “Servicio en los Santuarios y Administración de los Bienes”. Siguió una reflexión sobre la cuestión principal dirigida por el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton.

Fray Patton recordó la naturaleza extraordinaria de los santuarios de Tierra Santa. “Son santuarios únicos, vinculados a acontecimientos especiales o que se encuentran en lugares mencionados en la Biblia”, comentó el Custodio. Son sitios ligados al misterio de la encarnación como el nacimiento y la anunciación, lugares de la infancia y de la vida pública de Jesús, de su predicación. Sin olvidar tampoco el complejo jerosolimitano donde se encuentran los santuarios relacionados con la Semana Santa y el Misterio Pascual: desde la entrada solemne a la pasión, muerte y resurrección, ascensión y don del Espíritu.

El Custodio expresó tres actitudes imprescindibles para el cuidado de los santuarios, tomando como ejemplo la exhortación apostólica “Nobis in Animo” de San Pablo VI: custodiar, proteger y restaurar. Esta, según fray Patton, es la forma más adecuada para servir a la Iglesia local y a los Lugares Santos cristianos. “Para nosotros, es necesario”, continuó, “que nuestros santuarios sean custodiados y protegidos tanto de la intemperie como de vecinos inconvenientes. Dadas las nuevas necesidades, también hace falta restaurar los santuarios”. Las obras de restauración y el cuidado de los lugares, subrayaba, son esenciales para resaltar aquellos detalles que pertenecen a siglos pasados y pueden redescubrirse, como por ejemplo el Séptimo Ángel de Belén, visible de nuevo gracias a los recientes trabajos de restauración. El objetivo de las obras es ofrecer a los visitantes una experiencia de la belleza de la fe, los lugares deben ser bellos, fieles tanto a sí mismos como al misterio que recuerdan.

Se han identificado dos niveles de relevancia, a los que deben dedicar su atención los trabajadores en los santuarios: el local, para los fieles del lugar, y el global, para los peregrinos y turistas que llegan de todo el mundo, muchos de los cuales solo consiguen venir a estos lugares una única vez en la vida. “Con la cantidad de peregrinos que está llegando, hace falta tener estructuras equipadas: por ejemplo, estamos trabajando en la acogida específica de los discapacitados, integrando rampas donde es posible”, declaró el Custodio, “para que todos los peregrinos puedan rezar, leer los textos del Evangelio u otras referencias bíblicas en su lugar y puedan celebrar la Santa Misa”. Continúan las obras en infraestructuras para garantizar que haya agua suficiente, servicios higiénicos e instalaciones de alojamiento esenciales para que resulte más fácil a los peregrinos y también a los habitantes locales concentrarse principalmente en la experiencia de fe.

Giovanni Malaspina