Un signo de unidad entre las diferentes comunidades cristianas. El miércoles 22 de marzo tuvo lugar la ceremonia ecuménica de conclusión de las restauraciones de la edícula del Santo Sepulcro.
Un día especial para los cristianos, no solo de Tierra Santa, sino del mundo entero. En Jerusalén, el miércoles 21 de marzo, a las 10, tuvo lugar la ceremonia ecuménica de conclusión de las restauraciones y de la rehabilitación de la edícula del Santo Sepulcro.
El histórico acuerdo fue firmado hace exactamente un año, el 22 de marzo de 2016, con la firma del Patriarca Greco Ortodoxo Teófilo III, el Patriarca Armenio Apostólico Nourham Manoughian y el Custodio de Tierra Santa, en aquel momento Pierbattista Pizzaballa, representantes de las tres comunidades religiosas que mantienen la Basílica, según lo que establece el Statu Quo.
En primera fila en la ceremonia, además de los tres firmantes el actual Custodio de Tierra Santa, Francesco Patton, el Nuncio Apostólico Giuseppe Lazzarotto, representando a la Santa Sede y el arzobispo de Constantinopla, el patriarca ecuménico Bartolomé.
Entre los presentes estaban también representantes del resto de iglesias del Santo Sepulcro: Coptos, siriacos y etíopes, de otras confesiones cristianas de Tierra Santa y varias autoridades religiosas y civiles, entre ellas el primer ministro griego Alexis Tsipras. Los numerosos fieles que abarrotaron la basílica mostraron que se trataba de un momento histórico.
S. E. Mons. PIERBATTISTA PIZZABALLA, ofm
Administrador Apostólico del Patriarcado Latino de Jerusalén
“Esta restauración ha sido posible gracias a la voluntad de todos, pero sobre todo de las tres iglesias principales, que han sido capaces de cambiar visiones y de saber llegar todos (incluso las más recalcitrantes) a un acuerdo, que era necesario, que era esperado desde hacía mucho tiempo por todas las comunidades, por nuestros fieles, para mostrar en aquella Iglesia, que lleva las heridas de nuestras divisiones, nuestra voluntad también de curar las divisiones para ir hacia las nuevas generaciones con un espíritu mejor entre nosotros. Por ello parecía imposible, pero se ha visto que lo era. Parecía una misión imposible y, en cambio, parafraseando lo que el ángel Gabriel dice a María, nada es imposible para Dios.”
S. B. TEÓFILO III
Patriarca greco-ortodoxo Jerusalén
“Es un mensaje para el mundo y para nuestras comunidades de aquí: lo que se presenta como imposible puede hacerse posible. Y esto es lo que ha sucedido hoy. Creo que la restauración es un signo de inspiración para todos: Que, como seres humanos, podamos superarnos y llegar a una convivencia pacífica y armoniosa y compartir esta Tierra Santa y, sobre todo Jerusalén, que es sagrada de igual manera para las tres religiones abrahámicas: judaísmo, cristianismo e islam.”
Los trabajos, que han durado casi diez meses y han sido dirigidos por la profesora Antonia Moropoulou de la Universidad Técnica Nacional de Atenas, han supuesto una intervención de tipo conservativa y estructural.
ANTONIA MOROPOULOU
Universidad Técnica Nacional - Atenas
Estamos muy orgullosos de entregar hoy a las tres comunidades cristianas la edícula del Santo Sepulcro rehabilitada. Hemos debido afrontar grandes desafíos, como restablecer la integridad estructural y corregir las deformaciones venciéndolas. O también revelar el valor del lugar, preservar y mostrar una continuidad histórica, cosas que hoy se han hecho.
P. FRANCESCO PATTON, ofm
Custodio de Tierra Santa
“El evento de esta jornada es absolutamente extraordinario, porque es el fruto… podríamos decir, el primer fruto maduro de una colaboración entre las tres principales comunidades aquí en Jerusalén, la comunidad griega, la comunidad latino representada obviamente por nosotros y por el Patriarcado, y la comunidad armenia. Y al mismo tiempo es algo muy bello, porque este año celebraremos la Pascua todos en el mismo día, y tal vez esto es también el signo de que en un futuro podamos celebrarla no solo en el mismo día.”
BARTOLOMÉ
Arzobispo de Constantinopla Patriarca Ecuménico
“La jornada de hoy tiene un significado de unidad, colaboración y cooperación. Estamos muy orgullosos de que los greco-ortodoxos, los armenios y los católicos se hayan reunido y hayan decidido restaurar el Santo Sepulcro. Invocamos la gracia de Nuestro Señor sobre todos ellos, sobre todos vosotros y sobre el mundo entero. Rezamos por la paz y la unidad.”
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