También este año el santuario de San Juan en la Montaña en Ein Karem abrió sus puertas a los ciudadanos locales para un encuentro centrado en la profundización histórica, religiosa y cultural sobre este sitio. Ein Karem es el lugar donde la tradición establece el nacimiento de Juan Bautista, de acuerdo con los evangelios que sitúan aquí la casa de Zacarías y su mujer Isabel, prima de María. Hoy en día esta zona se considera una extensión periférica de la ciudad de Jerusalén y está habitada en su mayoría por ciudadanos de religión y cultura judía.
El acto, orientado al diálogo interreligioso y al conocimiento mutuo entre las distintas realidades culturales y religiosas de Jerusalén, nació hace varios años a raíz de las celebraciones de San Juan Bautista que cada 23 y 24 de junio atraen a Ein Karem a cientos de peregrinos cristianos. La curiosidad de los ciudadanos judíos locales les llevó a profundizar en el conocimiento de la realidad cristiana del distrito, donde los frailes de la Custodia de Tierra Santa tienen tres lugares de culto: San Juan en la Montaña, el santuario de la Visitación y San Juan en el Desierto. Desde entonces, cada año se repite esta cita que reúne a la ciudadanía local para descubrir la figura del Bautista. La última se celebró el viernes 30 de junio y contó con varias ponencias – todas ellas en lengua hebrea – referidas, entre otros temas, a la historia del cercano monasterio ruso de Ein Karem, la figura del buen samaritano unida al valor de dar y, por supuesto, San Juan Bautista, “primer creyente cristiano”.
Dio la bienvenida a los numerosos participantes en la conferencia el Custodio de Tierra Santa, fray Francesco Patton, quien subrayó que iniciativas como esta ayudan a las personas a dialogar y conocerse, a pesar del bombardeo diario de noticias que hablan de violencia e intolerancia. Fray Francesco recordó, en este sentido, la figura de San Juan Bautista, definiéndolo como un “profeta de reconciliación”. Tras él, intervino fray Severino Lubecki, responsable de la casa de acogida de peregrinos “Casanova” de Ein Karem, que actuó como anfitrión y presentó a los ponentes.
Después de las diversas intervenciones y de un almuerzo de convivencia en los locales de la Casanova, los presentes se dirigieron a la iglesia adyacente de San Juan para asistir al concierto del instituto Magnificat, la academia musical de la Custodia de Tierra Santa. En el espectáculo actuaron los alumnos del Magnificat bajo la dirección del director del instituto y secretario custodial fray Alberto Joan Pari.
Filippo De Grazia
