Uno de los aspectos menos conocidos de la Custodia de Tierra Santa es el compromiso hacia los pobres. Desde siempre, frailes y laicos están al lado de las personas y de las familias necesitadas. Con este objetivo nació la Organización Franciscana de Servicios Sociales (FSSO) , que el custodio de Tierra Santa ha visitado el 6 de diciembre. La organización, en gran parte financiada por la Fundación Franciscana de Tierra Santa y ATS (Asociación pro Terra Sancta), opera desde 2008 en la zona de Belén. Vincenzo Bellomo, responsable de FSSO, recibió al custodio de Tierra Santa en las oficinas de Belén para explicarle su trabajo cotidiano y presentarle a los voluntarios. La ayuda a la población local va desde la asistencia médica y social a los más necesitados, hasta actividades de formación. Entre las iniciativas en marcha está, por ejemplo, el suministro de contenedores de plástico para recoger agua, en lugar de los de hierro, que se oxidan con facilidad y que son los que se usan habitualmente. «Cada proyecto es siempre una oportunidad para entrar en las familias – explica Vincenzo Bellomo -. Trabajamos mucho con jóvenes en las escuelas y se presta mucha atención también a las madres. Hemos conseguido que las madres se gradúen, después de recibir un curso de hebreo, por ejemplo».
Enrico, responsable de ATS en Belén, que tiene su sede en la misma oficina, ha presentado algunos de los proyectos en los que colabora la Asociación pro Terra Sancta. Entre ellos, el apoyo a distancia a cerca de quinientos niños, a los que se les paga el 80% de la matrícula escolar o, en el caso de los más necesitados, incluso el importe completo. «Los principales donantes del proyecto son los comisarios de Tierra Santa - explica Vincenzo Bellomo-. Para los hermanos es muy importante porque permite mantener contacto con los donantes a largo plazo».
Tras la visita a las oficinas, han realizado un recorrido por las calles de Belén, en el que han mostrado al Custodio la sede de una futura casa de huéspedes y el barrio cristiano, con varias casas abandonadas. Uno de los proyectos mostrados, también financiado por la CEI (la conferencia episcopal italiana) tiene como objetivo la protección de estas casas y la conservación del patrimonio cultural de los cristianos en Belén.
El custodio fray Francesco Patton se ha dirigido a continuación en coche a la casa de las hermanas de la Sociedad Antoniana en la que se encuentra la residencia de ancianos . Tres días a la semana, entre cuarenta y cuarenta y cinco personas llenan las estancias del centro, reciben asistencia, se encuentran, toman una comida en el comedor común. Con aplausos de bienvenida los residentes de la casa han acompañado al custodio entre sonrisas, abrazos y apretones de manos. Mary, una mujer chispeante que frecuenta este lugar de encuentro de los ancianos, ha cantado varias canciones para la ocasión, seguida por otras mujeres. «Me llamo Laurice y soy de Belén – cuenta una anciana -. Aquí jugamos a las cartas, charlamos y todos los días construimos varios objetos. Ella es nuestra maestra, es muy buena». Apunta la trabajadora social, «realizamos actividades diversas con los ancianos como bingo, juegos, domino – explica-. Para mí no resulta difícil estar aquí porque amo mi trabajo».
Un almuerzo con los ancianos y los colaboradores ha cerrado la mañana del custodio de Tierra Santa. «Aquí representamos a la custodia y por eso es importante que los hermanos sepan qué hacemos y que nuestro trabajo sea trasparente – ha comentado Vincenzo Bellomo -. Estos momentos de revisión nos ayudan a mejorar».
Beatrice Guarrera
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