La colecta que se realiza en las iglesias de todo el mundo el Viernes Santo también se llama “Colecta para Tierra Santa”. Nace de la necesidad de obtener ayudas materiales destinadas a Tierra Santa y de la voluntad de los papas de mantener fuerte el vínculo de los cristianos del mundo con la tierra de Jesús. Dada la cercanía de esta fecha, hemos decidido entrevistar al ecónomo de la Custodia de Tierra Santa, fray Ramzi Sidawi, para entender la importancia de la colecta del Viernes Santo para la Custodia.
¿En qué medida el dinero de que dispone la Custodia de Tierra Santa procede de la colecta del Viernes Santo?
La colecta del Viernes Santo es esencial para la vida de la Custodia. Con ella se cubre aproximadamente el 75% de nuestro presupuesto anual. Los donativos de algunos países consisten principalmente en lo recogido en la colecta del Viernes Santo, mientras que otros también hacen otras donaciones extraordinarias.
¿Cómo llegan estos donativos?
Normalmente el dinero llega a través de las Comisarías de Tierra Santa, que nos lo envían directamente. A veces, algunos obispos lo mandan a las nunciaturas y ellas lo hacen llegar a la Santa Sede. Todo lo que se recolecta de los fieles del mundo entero se presenta a la Congregación para las Iglesias Orientales que gestiona la colecta y distribuye el porcentaje mayor a la Custodia porque es la que guarda y cuida los santuarios. El resto se dona a las otras Iglesias de Tierra Santa, que también tienen necesidades.
¿Hay previstos encuentros de formación para los comisarios, para que puedan mejorar en su actuación?
Sí, se realizan encuentros regulares, nacionales y en ocasiones internacionales, para sensibilizarles y actualizarles sobre la situación en Tierra Santa: los tiempos están cambiando y los desafíos de hace décadas ya no son los de hoy día. Por eso, es necesaria la formación continua.
¿Cómo se utilizan los fondos de la colecta del Viernes Santo?
Se usan para la gestión ordinaria y extraordinaria de los santuarios confiados a nosotros. La mayor parte va a las obras pastorales y sociales de la Custodia: tenemos varias parroquias, varias escuelas y algunas obras sociales en Belén, Jerusalén, Nazaret.
¿Cómo se distribuyen los ingresos en estos ámbitos de actuación?
Para la gestión habitual hay un presupuesto fijo por cada casa, por cada entidad, por cada administración. Si se producen entradas por otras vías, usan esos ingresos; en caso contrario, la Custodia de Tierra Santa envía una cuota fija mensual. En todos los casos, es necesario presentar las cuentas justificativas mensuales y anuales.
¿Cuál es la situación del trabajo en el economato a pocos meses de su llegada?
Hace cuatro meses que estoy aquí y hay mucho por aprender. Es mucho lo que hay por hacer porque la Custodia es una realidad inmensa, presente en muchos países con situaciones diferentes y problemas innumerables, como cuestiones de propiedad, económicos, de gestión de personal. Con la ayuda del padre Stéphane, vice-ecónomo custodial, trabajaremos con los recursos humanos, para actuar de la forma más adecuada a nuestra realidad.
También la conservación de las propiedades es una tarea importante. Actualmente, si tienes una propiedad no puedes descuidarla de ningún modo porque descuidarla significa, desde diferentes puntos de vista, perderla poco a poco.
Además está la cuestión de las casas que la Custodia alquila a la población local. Es un asunto muy difícil y doloroso, sobre todo en Jerusalén. La Custodia construye desde hace tiempo casas que da en alquiler a familias locales a precio bajo respecto al normal. Es una forma de ofrecerles una casa segura y ayudarles a permanecer en esta tierra. Pero no conseguimos contentar a todos ni satisfacer todas las solicitudes. Tan pronto como se corre la voz de que una casa queda libre, llegan decenas de peticiones, sin embargo no podemos ofrecerla más que a una sola familia.
¿Si tuviese que explicar a alguien por qué dar dinero en la colecta del Viernes Santo, que le diría?
En primer lugar, para custodiar y conservar los santuarios de nuestra redención. Esta era la intención de Francisco de Asís desde el primer momento: vivir y cuidar el conjunto de los Santos Lugares donde Jesús y su madre María vivieron. Ellos se han convertido para nosotros en la actualidad en el quinto Evangelio.
Además, para ayudar a los cristianos de esta tierra a seguir viviendo su fe. Es una ayuda que se fundamenta en el principio de la solidaridad: el cristiano es solidario, no se guarda el bien solo para sí sino que lo comparte con sus hermanos. El cristiano es invitado a dar y la Biblia nos enseña que hay más alegría en dar que en recibir.
¿Se hacen públicos los balances o cómo se gastan efectivamente los ingresos?
La Iglesia a menudo es acusada de no hacer públicas sus cuentas pero eso no es cierto, no es exacto. Si un donante pide un informe de su donativo, lo obtiene. Este es un principio fundamental que no se cuestiona nunca. Los donantes pueden ser personas individuales o entidades; y la Iglesia rinde cuentas del dinero que recibe, según la modalidad indicada por el donante. La Custodia, por su parte, da cuenta de la colecta del Viernes Santo a la Congregación de las Iglesias Orientales.
Nosotros estamos en manos de la Providencia, que no permite que nos falte nunca nada.
Beatrice Guarrera
