La Marcha Franciscana en Tierra Santa, bajo el lema “Hoy estarás conmigo en el paraíso”

La Marcha Franciscana en Tierra Santa, bajo el lema “Hoy estarás conmigo en el paraíso”

Las únicas palabras que curan, las de Jesús: reflexión de fray George Haddad

©George Jeraish/Christian Media Center
©George Jeraish/Christian Media Center

Tocar y dejarse tocar por la misericordia de Jesús, dejarse interpelar por la palabra de Dios, por las historias, los acontecimientos… así fue la experiencia de la Marcha Franciscana en Tierra Santa, en su trigésimo segunda edición.

Del 20 al 27 de agosto numerosos jóvenes llegados desde distintas partes de Tierra Santa (Belén, Ramala, Nazaret, Haifa, Alta Galilea) y acompañados por un grupo de frailes y hermanas, vivieron la aventura de la Marcha Franciscana de este año, con el título “Hoy estarás conmigo en el paraíso”.

El recorrido y las actividades de la Marcha

Un centenar de jóvenes se reunieron en Sakhnin para iniciar la aventura de la marcha, armados de fe y dispuestos a renovar su relación personal con Jesús. Desde Sakhnin a Deir Hanna, Al-Maghar y Eilabun, todos en marcha hacia el Monte Tabor para dar testimonio de la gloria del hijo de Dios en su vida junto a Pedro, Santiago y Juan.

Caminar desde primera hora de la mañana, reunirse con los feligreses de las parroquias que albergan la marcha, participar en las conferencias y los trabajos de grupo, compartir reflexiones durante las veladas de entretenimiento, rezar en las horas de adoración y de vigilia espiritual, que culminan con el rito del lavatorio de los pies: estas fueron las actividades que ocuparon a todos los jóvenes durante la semana, hasta el sacramento de la reconciliación con Dios y consigo mismos, es decir, el sacramento de la confesión.

La importancia de escuchar las palabras de Jesús

Toda la marcha estuvo centrada en las palabras de Jesús dirigidas al buen ladrón en la cruz “Hoy estarás conmigo en el paraíso”. Las palabras tienen el poder instantáneo de hacernos felices o infelices, pueden ser balas o caricias, piedras o abrazos. Las palabras de Jesús son palabras perfumadas de amor, palabras que curan: la ciencia moderna sigue buscando una medicina más eficaz que estas palabras.

Sus palabras libran de la inseguridad, de la subestimación de los propios recursos, favorecen el amor y la misericordia de Dios Padre: sus palabras trasmiten calor, sacuden el alma, le dan alas y la hacen despegar incluso del terreno más pantanoso. Son doblemente positivas cuando están sazonadas con la misericordia y la esperanza en la vida eterna.

Esta experiencia de la marcha no fue una experiencia cualquiera, sino más bien un tiempo de gracia, lleno de la alegría de la fraternidad. Un tiempo enriquecido por las palabras de Dios Padre a través de la misión de los frailes y de las hermanas y a través del encuentro con el vicario custodial, fray Ibrahim Faltas, y con el Patriarca Latino de Jerusalén, S.B. Pierbattista Pizzaballa, que celebró la misa de clausura el último día.

Esta es nuestra vocación cristiana y nuestra misión franciscana: ser llamados a dar testimonio del amor de Dios entre los hombres, y esto nos compromete a dar el máximo de nosotros mismos, de la mejor manera posible, siguiendo las huellas de nuestro padre y hermano Francisco de Asís.

Fra George Haddad

Photos Credits ©George Jaraiseh/Christian Media Center